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La lucha contra el terrorismo islamista

Una célula islamista planeaba derribar la torre más alta de EE UU

La policía detiene en Miami a siete hombres que buscaban apoyo de Al Qaeda

Yolanda Monge

Las siete personas detenidas el jueves como sospechosas de planear un atentado contra la emblemática torre Sears de Chicago y un edificio del FBI en Miami fueron acusadas ayer de conspiración con Al Qaeda. El fiscal general del Estado, Alberto Gonzales, informó en rueda de prensa de que los siete hombres formaban parte de un grupo de "terroristas nacionales" cuyo objetivo era "librar una guerra contra el Gobierno de EE UU". Los detenidos son personas "que veían a su propio país como un enemigo", dijo Gonzales.

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Los acusados, de entre 22 y 32 años de edad, buscaban recabar apoyo y dinero de Al Qaeda, organización a la que habían jurado lealtad. Todos ellos apoyaban un plan de la red terrorista para atentar en Chicago y Miami, según recoge el pliego de cargos de la acusación. Al frente del grupo se encontraba un hombre identificado como Narseal Batiste, quien reclutó y entrenó a los demás a comienzos de noviembre de 2005. Cinco de los detenidos son ciudadanos estadounidenses; uno es un inmigrante legal de Haití, y el último, un haitiano que residía en EE UU sin papeles.

En su búsqueda de apoyo financiero, los conspiradores miraron hacia la red de Osama Bin Laden. Así, en diciembre, Batiste se reunió varias veces con una persona que él creía que era un miembro de Al Qaeda y que en realidad era un informante del Gobierno.

Batiste reclamaba "botas, uniformes, ametralladoras, radios, vehículos y 50.000 dólares [39.900 euros] en efectivo" para construir "un Ejército islámico con el que librar la yihad", asegura la acusación. El jefe del grupo tenía como primer objetivo usar a sus "soldados" para destruir la torre Sears de Chicago, el edificio más alto de EE UU, con 110 pisos. La Sears tiene el triste honor de ocupar el primer puesto de la clasificación tras el colapso de las Torres Gemelas de Nueva York por los ataques del 11-S.

En febrero de este año, Batiste comunicó a quien creía su conexión con Al Qaeda que él y sus soldados querían asistir a entrenamientos de la red terrorista para poder lanzar la "guerra total" contra EE UU y matar a "tantos demonios como pudieran". Su misión sería "tan buena o mejor que el 11 de septiembre", se dice en la acusación. Gonzales aseguró ayer que "el compló estaba en su primera fase". No se encontraron ni armas ni explosivos en los lugares donde se realizaron las detenciones. El agente especial del FBI Richard J. Kolko emitió un comunicado sobre la operación del jueves en Miami en el que declaraba que "los individuos arrestados no suponían ninguna amenaza inmediata contra EE UU". Seis de los siete hombres fueron detenidos en un almacén de la paupérrima área de Liberty City de Miami, y un séptimo, en Atlanta.

"La convergencia de la globalización y la tecnología ha creado una nueva marca de terrorismo. Hoy la amenaza terrorista llega de pequeñas células que no están afiliadas a Al Qaeda pero que están inspiradas por el violento mensaje de los yihadistas", dijo el fiscal general. "Dejar sin vigilar a esos terroristas nacionales podría conducir a comprobar que son tan peligrosos como grupos tipo Al Qaeda", finalizó Gonzales.

Florida estuvo vinculada con investigaciones sobre los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, después de que las autoridades detectaran que las personas acusadas de secuestrar los aviones y atentar contra las Torres Gemelas vivieron en ese Estado. El egipcio Mohamed Atta y el saudí Marwan al Shehi, a quienes EE UU responsabilizó de tripular los dos aviones que fueron lanzados contra las Torres Gemelas, fueron alumnos de una escuela de aviación de Florida en los años 2000 y 2001.

José Padilla, residente en el sur de Florida, está acusado en Miami de conspiración para atentar contra EE UU y formar parte de una célula de extremistas islamistas. Su juicio está previsto para septiembre.

Entrada principal de la torre Sears, en Chicago.
Entrada principal de la torre Sears, en Chicago.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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