Mujeres juristas piden terapias fiables contra la violencia
¿Qué cabe esperar de los maltratadores? ¿Se puede conseguir que no reincidan? Si están motivados y reciben un tratamiento adecuado, pueden mejorar. Grupo 25, un colectivo que aglutina a varias asociaciones de mujeres juristas y a diversos especialistas en medicina y psicología, propuso ayer que los programas para reeducar a los hombres que ejercen violencia contra su pareja o ex pareja estén homologados y sigan unos criterios de calidad que eviten efectos perversos: minimizar las consecuencias del maltrato o utilizar el tratamiento como coartada para eludir responsabilidades. Juristas y expertos se apoyaron en la experiencia de países que llevan 20 años con programas rehabilitadores para asegurar que al finalizar el tratamiento la violencia física remite (la no reincidencia se sitúa en torno a un 80%) y la psíquica disminuye.
"Urge homologar los programas de intervención en las distintas comunidades y exigir unos estándares de calidad en los tratamientos sufragados con fondos públicos", afirmó Andrés Montero Gómez, psicoterapeuta y presidente de la Sociedad Española de la Psicología de la Violencia. "De no hacerse así, el tratamiento puede ser inútil", añadió. Montero explicó qué modelo de terapia ha aquilatado ya su eficacia: abordar las distintas dimensiones de la conducta del maltratador (cognitiva, conductual, emocional y educativa) hacia la mujer con perspectiva de género; incidir en que es una violencia sexista sustentada en una ideología de dominación y contar con profesionales capacitados en violencia de género.
Diagnóstico individual
El objetivo es desarraigar la violencia del comportamiento. Para lograr resultados, Montero esbozó un formato a seguir: establecer un diagnóstico individual previo al tratamiento, fijar una terapia reeducadora y realizar una evolución y seguimiento posteriores. Un año de terapia o en torno a 30 meses, es el plazo mínimo que garantiza cambios duraderos y fiables.
Montero consideró que es pronto para evaluar los resultados de los programas de Instituciones Penitenciarias, pero insistió en que deberían ser específicos para maltratadores y reunir determinadas exigencias. Recordó, además, que estos programas están colapsados.
Grupo 25, integrado por Themis, Fundación Mujeres y otras juristas, sostuvo, además, que la rehabilitación de los maltratadores tiene que estar incorporada a la pena o sanción, sin plantearla como alternativa. Luis Bonino, psiquiatra y director del Centro de Estudios de la Condición Masculina, pionero en terapias para hombres, no necesariamente violentos, y Andrés Montero desarrollan ya de modo privado este tipo de terapias bajo el lema No más maltrato, con hombres que lo solicitan.
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