El Gobierno envió al Parlamento el Plan sociosanitario sin acordarlo en Consejo

El Consejo de Gobierno corrigió ayer su actuación en el envío del Plan Sociosanitario a la Cámara, después de que la Mesa del Parlamento paralizara su tramitación el día 6, al llegar a la Cámara avalado sólo por el consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, y no haber sido aprobado como comunicación en Consejo de Gobierno. La oposición forzó en mayo la remisión a la Cámara de este plan para su debate, contra el criterio del tripartito, y después de que el lehendakari e Inclán lo hubieran presentado públicamente en diciembre, obviando al Parlamento.

El Gobierno dio luz verde ayer al envío al Parlamento, como comunicación del Ejecutivo en pleno, del Plan Sociosanitario, que había sido remitido hace tres semanas con la única firma del consejero de Sanidad, sin pasar por el Consejo.

La Mesa del Parlamento no le dio paso al advertir esa irregularidad y requirió al Ejecutivo una remisión en condiciones. Es la primera vez que el Gobierno realiza un envío al Parlamento en esta forma, al menos entre los diez planes de la legislatura pasada y los dos de ésta, y ello ha ocurrido después de resistirse hasta la extenuación a someter ese documento a debate en la Cámara.

La oposición está convencida de que, detrás la resistencia del Gobierno a llevar el plan al Parlamento -y ello, una vez obligado a ello al perder una votación frente a toda la oposición- y de este envío "defectuoso" se esconde una situación de desacuerdo entre los socios del tripartito. En concreto, entre los tres departamentos concernidos, uno en manos de cada formación del ejecutivo: el de Sanidad, dirigido por Gabriel Inclán (PNV), el de Asuntos Sociales, a cargo de Javier Madrazo (EB) y, en menor medida, el que encabeza Joseba Azkarraga (EA).

De hecho, Madrazo no estuvo presente en la sede de Lehendakaritza el día de la presentación pública del plan, en la que intervinieron Inclán y el lehendakari Ibarretxe. Azkarraga acudió al acto, pero no intervino.

Tanto Sanidad como Asuntos Sociales guardan un mutismo total sobre sus posiciones y no han respondido a los requerimientos de este periódico para explicarlas. Pero Inclán sí se ha referido en privado a las dificultades con el consejero de Ezker Batua, Javier Madrazo, a la hora de justificar su resistencia a someter el plan a la Cámara.

El Plan Sociosanitario fue aprobado en diciembre en el seno del Consejo Vasco de Atención Sociosanitaria, que reúne al Gobierno, las diputaciones y los ayuntamientos, representados por Eudel.

Desigualdades

El plan persigue abordar conjuntamente la atención sanitaria y los servicios sociales que precisan, a la vez y en mayor o menor grado, un colectivo de unas 300.000 personas en Euskadi, por tener carencias económicas y sufrir al mismo tiempo alguna enfermedad crónica o invalidante.

La separación entre lo que corresponde hacer gratuitamente a la sanidad pública y lo que toca a los servicios sociales de diputaciones y ayuntamientos, con la aportación de la persona atendida, nunca ha estado clara.

Las desigualdades territoriales son también flagrantes y los malos frutos de toda esta descoordinación institucional aconsejaron la elaboración del plan. Éste persigue acabar con la dispersión, lograr el equilibrio en la oferta de servicios en toda la comunidad, definir una cartera de servicios y mejorar los sistemas de copago vigentes, empezando por conocer su alcance en cada territorio.

El de la financiación puede ser uno de los principales puntos de fricción. Por ejemplo, el viceconsejero de Inserción Social y Familia, Manuel Vigo, del departamento de Azkarraga, se pronunció en contra de la fórmula del copago -la participación del afectado en la financiación del servicio que recibe- en una reciente comparecencia ante la ponencia parlamentaria que estudia el futuro de los servicios sociales en Euskadi.

El consejero Gabriel Inclán envió finalmente el plan a la Cámara, después de que el Gobierno perdiera el 5 de mayo una votación en la que toda la oposición secundó una iniciativa del PP exigiéndolo. El PNV se resistió a enviarlo, argumentando que era suficiente la aprobación en el Consejo Vasco de Atención Sociosanitaria.

Incluso después de esa votación, Inclán sostuvo en privado en los pasillos que no lo enviaría y sugirió problemas con Madrazo. Finalmente, se ha plegado al mandato parlamentario y al nuevo requerimiento de la Mesa de la Cámara para enviarlo como comunicación del Gobierno en su conjunto.