El Gobierno sólo sospecha de cuatro de los 69 vuelos de la CIA

Más que aportar su propia investigación de los vuelos de la CIA, el Gobierno parece empeñado en desmontar la realizada por Claudio Fava y la comisión temporal del Parlamento Europeo. Fuentes gubernamentales desgranaron ayer las 69 escalas en aeropuertos españoles -63 según su cómputo, del que parecen haber eliminado los vuelos internos- para concluir que sólo en cuatro vuelos hay dudas sobre la comisión de actos ilegales, que en todo caso se habrían producido fuera de España en dos de ellos.

Los investigadores creen que los seis vuelos a Sevilla de aviones fabricados por CASA se debían a tareas de mantenimiento. Descartan, además, todos los vuelos con origen o destino en EE UU, Canadá o la UE, con el argumento de que dichos países respetan la legislación internacional, pese a que algunos traslados ilegales ya acreditados (en Italia, Alemania o Suecia) evidencian lo contrario. Por último, eliminan las escalas de más de un día e incluso de más de cinco horas, alegando que en esos supuestos hay que bajar del avión.

Este método por exclusión lleva a centrar las sospechas en cuatro vuelos. En dos de ellos (el Argel-Palma-Skopje realizado en el mes de enero de 2004 por un Boening-737; y el Palma-Trípoli-Guantánamo-Trípoli-Palma, realizado en septiembre de 2004 por un Gulfstream V) el posible delito -como el secuestro de El Masri en Skopje- se habría cometido fuera de España.

Los más oscuros serían el Guantánamo-Tenerife-Constanza (Rumania), realizado el 12 de abril de 2004 por un Gulfstream IV, y el Madrid-Luxor (Egipto), realizado el 16 de diciembre de 2003 por el mismo aparato.

Más allá de la solidez del análisis, lo sorprendente es que, según lo que trascendió ayer, la investigación española -que el ministro Miguel Ángel Moratinos tiene previsto exponer el 5 o 6 de julio en el Parlamento Europeo y el director del CNI, Alberto Saiz, el 28 de junio en la comisión de secretos oficiales del Congreso- no aportaría ni un sólo dato de organismos españoles, como AENA, y se limitaría a criticar lo investigado por otros.