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El cantaor 'Pitingo' dedica su primer disco al 'flamenco-soul'

Los Habichuela y José Manuel Gamboa participan en el álbum

Pitingo significa presumido. "A mi abuela le decían 'la Pitinga' y en mi familia todos somos muy presumidos", explica Antonio Vélez, Pitingo (Huelva, 1980). Su primer gesto de coquetería lo despliega cuando recibe la visita inesperada del fotógrafo. "Y yo con estas pintas", exclama. Finalmente, las fotos se posponen.

La vanidad inherente a la coquetería se limita a su aspecto físico. Con su primer disco, Pitingo con Habichuelas, no espera ni números uno, ni millones en ventas. "Quiero hacerme un huequito, ser reconocido. No quiero vender un millón de discos aunque si los vendo, mejor", dice.

Aunque sabe que no es un mal comienzo. Está bien arropado: por los Habichuela (Pepe y Juan Habichuela, Juan y Antonio Carmona). "Juan Habichuela y El Camborio son como mi familia". A Enrique Morente -quien asegura que Pitingo está "formidable"- y Carmen Linares le unen las actuaciones, las comidas, las juergas. Junto al flamencólogo José Manuel Gamboa ha escrito las 11 canciones -soulerías, fandangos, siguiriyas, tangos- de su disco de debut, Pitingo con Habichuelas.

Y es que su descubridor, Juan Verdú, desde el principio lo metió "a torear con miuras". Antes, cantaba en locales madrileños como el Café de Chinitas o Casa Patas, también en un coro de gospel. Le gustan Aretha Franklin y Stevie Wonder, también Marchena o Camarón. "Mi amigo Bob me enseñó mucho de armonías y de soul", explica. El resultado es un flamenco diferente con reminiscencias de blues y soul.

"Los puristas no deberían decir nada. Hay siguiriyas, hay soleás, hay maestros de la guitarra y he respetado las bases de esos cantes, la mezcla no desvirtúa", asegura Pitingo. Y apostilla, sin ápice chulesco: "Si lo critican me da igual". Cree que las críticas también son buenas. "Hasta ahora me ha ido todo demasiado bien, ya llegarán".

Su estética también es diferente. Reconoce que la portada del disco recuerda más a "la de Bustamante" que a la de un cantaor pero, señala, "para ser flamenco no hace falta llevar un paño de lunares y el pelo largo".

Antonio Vélez, <i>Pitingo. </i>
Antonio Vélez, Pitingo. LUIS MAGÁN
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