El rompecabezas agrario
La 'Y' ferroviaria afectará a 331 explotaciones que el Ejecutivo pretende que se reubiquen en otras zonas
La plataforma sobre la que circulará en su día el tren de alta velocidad (TAV) mide 15 metros de ancho, pero, en realidad, el pasillo que ocupa es más amplio, pues necesita tener libres otros ocho metros a cada lado de la vía férrea. Por término medio, el impacto de la Y ferroviaria sobre el suelo abarcará así una franja de 31 metros de ancho a lo largo de sus 172 kilómetros del recorrido, salvo en túneles, viaductos y zonas de terraplén. La construcción de esta infraestructura afectará, según las previsiones del Gobierno, a 331 explotaciones agrarias -223 de Guipúzcoa, 76 de Álava y 32 de Vizcaya-, que suman 1.890.570 hectáreas repartidas en 35 municipios.
Los sindicatos agrarios ya han levantado la voz de alarma: "El sector primario de Guipúzcoa está en peligro", asegura Eneko Karrera, de EHNE. El Ejecutivo ha creado la sociedad Lurranek, que ha abierto una oficina permanente en la Granja Modelo de Arkaute para atender a los afectados y realizar una gestión de suelo que "minimice los daños sobre el medio agrario", afirma Julio Guinea, de la empresa IKT y coordinador de Lurranek.
La oficina ya ha gestionado citas con 57 personas, el 80% de ellas arrendatarios de tierras por las que cruzará el ferrocarril. A todos ellos afecta el primer tramo de la Y, los 5,1 kilómetros que discurren entre Arrazua y Legutiano, donde las máquinas comenzarán a trabajar a finales de septiembre, calcula Guinea: "Para esa fecha tenemos que dar una solución a los afectados. Sólo en esta zona se expropiarán 30 hectáreas".
El objetivo de Lurranek es que no desaparezca ninguna actividad agraria. "El agricultor que pierda su explotación tendrá la posibilidad de continuar con la actividad en una parcela cercana", asegura Guinea. Para gestionar las situaciones caso por caso y mediante "permutas voluntarias", el Ejecutivo necesita disponer de una gran bolsa de suelo agrario, que intenta crear con terrenos que pertenecen a las administraciones, parcelas de personas a punto de jubilarse o sin actividad agropecuaria y con los restos de las fincas expropiadas.
Hasta ahora, sólo se ha contactado con los primeros propietarios a quienes se les ocuparán sus tierras entre Arrazua y Legutiano. Está detallado el alcance real de la afección (los propietarios o arrendatarios, la calidad del suelo, el volumen de la actividad, etcétera). El siguiente paso, explica Guinea, es asesorarles para "tratar de reducir los daños y completar el proceso de permuta o compraventa en las mejores condiciones para no recurrir a la expropiación forzosa".
La mayor invasión de terreno se producirá en Vitoria, donde la red ferroviaria ocupará 348.000 metros cuadrados (52 explotaciones agrarias). Le siguen por extensión Eskoriatza, con 132.000 metros cuadrados afectados (17 fincas), y Bergara (25 propiedades) y Ezkio Itxaso (18), con 126.000 metros cuadrados en cada municipio.
En esta última localidad han conocido recientemente que el Gobierno y la Diputación guipuzcoana se plantean crear una estación intermodal de la Y y la conexión con el TAV de Navarra. "Estamos muy preocupados, porque nadie tiene información", afirma Juan Bautista, del caserío Iribarren. Al parecer, tal y como están dibujadas en el anteproyecto las líneas que delimitan la zona de influencia, el ferrocarril pasará muy cerca de su finca: "En el Ayuntamiento no pueden confirmarnos nada, pero es posible que nos quieran quitar una parte de un pinar y de un prado. Nosotros no queremos deshacernos de nuestras propiedades", añade
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