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90 países instituyen un sistema de defensa de la diversidad de las plantas de cultivo

Andrea Rizzi

Los 90 países presentes a la primera reunión del órgano rector del Tratado para la defensa de la diversidad de los cultivos consensuaron ayer en Madrid un acuerdo que instituye, entre otras cosas, un sistema de financiación para programas de defensa de la variedad agrícola. El dinero se recaudará cobrando cuotas fijas a las empresas y centros que utilicen material genético agrícola de los países contratantes para desarrollar variedades comerciales.

El acuerdo se selló en la madrugada de ayer tras una semana de negociaciones que vieron enfrentados los intereses de los países en desarrollo, que son aquellos que más diversidad conservan, y de los desarrollados, cuyas empresas utilizan esa diversidad para mejorar y comercializar semillas.

El punto de equilibrio se alcanzó estableciendo un sistema en el que los países ponen en común los recursos genéticos conservados en sus centros. Para acceder a ese patrimonio -fundamental para el desarrollo de cultivos más productivos y resistentes a las enfermedades- las empresas y centros interesados podrán elegir entre pagar un 0,5% anual de sus beneficios en el sector en cuestión; o, alternativamente, abonar el 1,1% de los beneficios que les deriven de la utilización del material común.

"Este acuerdo es un éxito", dijo ayer Francisco Mombiela, director general de Agricultura, que presidió las negociaciones. "No podemos prever la cifra que se recaudará gracias al sistema establecido, pero se trata del paso que materializa las ideas y los sueños de muchos años. Una vez puesta en marcha la maquina, el sistema podrá adaptarse, subiendo o bajando los porcentajes. Pero era fundamental ponerlo en marcha, también para dar una señal. Fuera del sistema hay gente que nos está mirando", dijo Mombiela, en referencia a la ausencia de Estados Unidos y Japón.

El 1,1% acordado es el resultado del pulso entre el 1,5% pedido por los países en desarrollo, y el 0,6% ofrecido por la mayoría de los desarrollados. Desbloqueado ese punto crítico las negociaciones pudieron definir con éxito prácticamente todos los puntos de la agenda.

José Esquinas-Alcázar, científico español secretario de la Comisión Intergubernamental de la FAO sobre recursos genéticos para la agricultura y la alimentación, dijo que "la FAO considera plenamente satisfactorios los acuerdos alcanzados, que permitirán hacer operativo el Tratado entrado en vigor hace dos años y beneficiar tanto a los donantes de recursos genéticos como a sus usuarios". Esquinas quiso subrayar el papel fundamental de la presidencia española en la negociación.

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Sobre la firma

Andrea Rizzi
Corresponsal de asuntos globales de EL PAÍS y autor de una columna dedicada a cuestiones europeas que se publica los sábados. Anteriormente fue redactor jefe de Internacional y subdirector de Opinión del diario. Es licenciado en Derecho (La Sapienza, Roma) máster en Periodismo (UAM/EL PAÍS, Madrid) y en Derecho de la UE (IEE/ULB, Bruselas).

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