El BBVA es la entidad que más dinero ha prestado a la Generalitat

El primer proveedor financiero de la Generalitat no es catalán. Tampoco es una caja de ahorros, contra cualquier pronóstico fácil. Se trata del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), que se sitúa a la cabeza, y a considerable distancia de sus competidores, de una larga lista de instituciones a las que la Administración ha recurrido para obtener préstamos con los que financiar, esencialmente, infraestructuras. Economía y Finanzas explica: "El único criterio que prima a la hora de escoger proveedor es el precio".

La Generalitat arrastra una deuda con bancos y cajas de 18.179 millones de euros, con fecha 31 de marzo de este año. La lista de entidades que participan en los préstamos otorgados a la Administración, solicitada por este periódico, es larga. Los datos de Economía reflejan que el 90,7% de la deuda está repartido entre 23 instituciones financieras, de las que sólo una decena son españolas, incluido entre ellas el Instituto Catalán de Finanzas, entidad de crédito público.

El interés que despierta trabajar con la Generalitat es elevado, aunque unas entidades tengan mayor tradición que otras en ello. La Administración es un cliente con cara y cruz: es exigente cuando intenta abaratar el precio, pero no suele dejar sin devolver el dinero que se le presta.

En la radiografía de los acreedores de la Generalitat destaca el grupo BBVA, que acapara el 25% de la deuda viva en la mencionada fecha (véase el cuadro). De ello se deduciría que la Generalitat adeuda a este banco algo más de 4.500 millones de euros. Pero, en rigor, la cifra no sería exacta, puesto que en el reparto entre entidades facilitado por Economía se incluyen los préstamos y también los límites de las líneas de deuda vivas. Eso significa que no necesariamente se ha dispuesto del máximo de fondos de que se podía disponer.

Miquel Salazar, director general de Política Financiera de la Generalitat, explica sobre el primer puesto del BBVA: "Se debe a sus buenas ofertas porque a la hora de considerar un préstamo importa el plazo, que solemos determinarlo nosotros, y el precio, que es lo que prima. No hay más lectura posible. No importa el origen de la entidad".

Salazar rechaza que la Generalitat arrastre una abultada deuda con la antigua Banca Catalana -BBVA es en sí mismo la resultante de una concatenación de fusiones y compras-. Sí añade que buena parte de la financiación es sanitaria y dicho grupo tiene tradición de operar en el sector de la salud.

Caixa Catalunya, ausente

Entre las cajas de ahorro españolas, sólo figuran La Caixa, en tercer lugar -esta entidad, por otra parte, ha pasado a gestionar los fondos de pensiones de cerca de 140.000 funcionarios de la Administración catalana-, y Caja Madrid, en séptimo lugar.

Se da la circunstancia de que Caixa Catalunya -entidad de fundación pública, con la Diputación de Barcelona como entidad fundadora- no trabaja con la Generalitat. O, al menos, no figura entre sus primeros 23 proveedores financieros. La caja que preside Narcís Serra, sin embargo, sí coloca mucho dinero en el sector local.

Al margen de los préstamos, las entidades financieras también se relacionan con la Generalitat y se quedan con los bonos, obligaciones o pagarés que ésta emite regularmente. Quienes más participan en estas subastas son, por este orden, el banco Calyon (sucursal en España), Caja Madrid, La Caixa y Société Générale. Las emisiones suelen ser de corto alcance. Pero la Generalitat presidida por Pasqual Maragall ha efectuado dos grandes operaciones de este tipo.

La mayor de ellas, en octubre de 2004, fue una emisión de obligaciones a 30 años por valor de 500 millones de euros. Su objetivo fue refinanciar la deuda de las universidades catalanas, que era de 723 millones y que Economía decidió agrupar y sacar al mercado. La segunda gran emisión, en este caso de bonos y obligaciones, se llevó a cabo en mayo de 2005, y fue de 150 millones de euros, de los que 33 millones también se destinaron a asumir deuda universitaria. Fuentes del departamento estiman que, gracias a esta doble emisión de deuda, la Generalitat se ahorra 800.000 euros al año.