El número de soldados de EE UU fallecidos en Irak se eleva ya a 2.500
El Pentágono identifica a un egipcio experto en coches bomba como sustituto de Al Zarqaui
El Pentágono confirmó ayer que son 2.500 los soldados que han perdido la vida en Irak desde que comenzó la guerra hace más de tres años. La nueva marca es un mal dato para el presidente George W. Bush, que contaba con que la muerte del líder de Al Qaeda en Irak, Abu Musab al Zarqaui, ayudara a despejar la escasa popularidad que tiene la guerra entre los norteamericanos. La red terrorista no ha perdido el tiempo y ha nombrado ya un sucesor, que según el Pentágono, es Abu Ayub al Masri, egipcio relacionado con el lugarteniente de Osama Bin Laden, Ayman al Zawahiri.
Ayer, las fuerzas de seguridad iraquíes confiscaban documentos de Al Qaeda con información crucial sobre la red terrorista y el paradero de sus líderes. "Creemos que éste es el principio del fin
", dijo en Bagdad el consejero de Seguridad Nacional iraquí, Muwaffak al Rubaie, en una rueda de prensa televisada, según informa Associated Press. Al Rubaie había dicho a comienzos del año que la insurgencia suní contra el Gobierno iraquí respaldado por EE UU había sido derrotada. Pero la violencia continuaba desangrando Irak, acabando con la vida de cientos de personas.
La guerra, que estalló el 20 de marzo de 2003 con la invasión de Irak por parte de Estados Unidos y el posterior derrocamiento del régimen de Sadam Husein, también deja muertes iraquíes, que se cuentan por decenas de miles y que no se contabilizan de forma oficial. Depende de las fuentes, los civiles muertos en Irak se cifran entre más de 38.000 y menos de 44.000, según el grupo independiente IraqBodyCount. La revista británica The Lancet llegó a situar esas víctimas en 100.000.
Un marine ha elevado el balance de militares caídos en Irak a la barrera simbólica de los 2.500, según informó el teniente coronel Jeremy Martin, pocos días después de que el comandante en jefe del Ejército visitara sorpresivamente Bagdad. Sobre el soldado muerto no se conocen más datos que ése, que ha pasado a formar parte de la historia de la guerra de Irak como un número de cuatro cifras. El pasado mes de octubre, el Departamento de Defensa informaba de que los militares muertos en Irak eran 2.000, por lo que en tan sólo ocho meses el conflicto se ha cobrado 500 víctimas de EE UU. De los 2.500 fallecidos, 1.972 han muerto en combate y 528 por causas "no hostiles". Heridos en acción hay 18.490 efectivos, incluyendo 8.501 que no se han incorporado al servicio activo debido a la gravedad de sus heridas.
Yihad Islámica
Mientras caía en combate el soldado número 2.500, el Pentágono revelaba por primera vez el rostro joven del nuevo hombre de Al Qaeda en Irak. Vestido a la forma tradicional árabe, con la kufiya cubriéndole la cabeza, con un fino bigote y mínima perilla, los militares enseñaban al mundo en rueda de prensa en Bagdad la fotografía del egipcio Abu Ayub al Masri.
La Agencia de Defensa de la Inteligencia (DIA, siglas en inglés) desclasificó la instantánea el pasado miércoles, según informó el portavoz del Ejército de EE UU en Irak, el general William Caldwell, quien añadió no tener información ni de cómo ni de dónde la DIA había obtenido la fotografía.
Al Masri "ha sido un terrorista desde que en 1982 se unió a la Yihad Islámica egipcia, liderada por Al Zawahiri", informó Caldwell. En palabras del portavoz militar, Al Masri es "un experto en explosivos, especializado en la construcción de coches bomba". Se cree que fue entrenado en Afganistán antes de unirse a Al Zarqaui en Faluya (Irak). El general Caldwell apuntó que a pesar de que el líder de Al Qaeda en Irak tenga nombre y rostro, una lucha intestina puede estar llevándose a cabo dentro de la organización terrorista en Irak. "No estamos seguros de quién se hará al final con el poder", declaró el militar. "Pero nuestra presunción es que será él", finalizó en referencia a Al Masri.
Entre tanto, republicanos y demócratas tratan de sacar el mayor rédito político a la guerra con vistas a las elecciones legislativas de noviembre. El partido en el Gobierno se opone a dar fechas para la retirada de las tropas del infierno iraquí, mientras que algunos demócratas exigen establecer un plazo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.