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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Caos en Palestina

Las gravísimas tensiones entre las diferentes fuerzas enfrentadas actualmente en Palestina no benefician a nadie, y los llamados ataques selectivos por parte de Israel, que también alcanzan a inocentes, no sólo no apagan ningún fuego, sino que lo atizan. El marco político palestino se desencaja más día a día, y cada vez es mayor el peligro de que el caos total lleve a una espiral de violencia que haga realidad esa tragedia humanitaria que muchos temen desde la victoria electoral de Hamás, el pasado enero, y la reacción interna y externa a la misma. El asalto al Parlamento palestino por parte de funcionarios para reclamar el pago de sus salarios, los nuevos enfrentamientos armados entre facciones de la OLP leales al presidente Abu Mazen y milicias de Hamás, así como la escalada en la violencia entre terroristas de la Yihad Islámica, son facetas de una realidad terrible que exige a todos los implicados extremar su responsabilidad y cautela.

Que el primer ministro palestino, Ismail Haniya, anunciara ayer que las milicias de Hamás, unos 3.000 hombres, se retirarán de las calles en Gaza, supone tan sólo una brizna de esperanza de que se abra la posibilidad de una tregua entre las facciones. El secretario general de la Liga Árabe, Amr Moussa, ha intervenido para impedir una escalada de los enfrentamientos, pero nadie puede descartar que éstos se reanuden en días u horas. Esta precaria distensión debería ser aprovechada para un acuerdo entre Hamás y el presidente Abu Mazen, con objeto de frenar los ataques de cohetes palestinos contra territorio de Israel, desde Gaza, y evitar así unas represalias que no hacen sino aumentar diariamente el número de víctimas palestinas, reducir el margen de actuación del propio Abu Mazen y envenenar el clima de forma dramática. Si la oposición al Gobierno de Hamás aumenta día a día, no es menos cierto que se dispara el número de palestinos partidarios de utilizar la violencia en Israel.

El primer ministro israelí, Ehud Olmert, en gira europea, ha autorizado el suministro de armas egipcias y jordanas para las fuerzas leales al presidente palestino. Éstas pueden ser un argumento de peso para que Abu Mazen negocie desde una posición de fuerza con Hamás sobre el referéndum que quiere convocar sobre la ratificación del Estado palestino, que conllevaría un reconocimiento implícito del Estado de Israel. Pero Olmert ha de saber que las fuerzas presidenciales palestinas tienen que rearmarse también con argumentos y que los ataques selectivos no son sino armas para Hamás.

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