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La aviación de Israel mata a nueve civiles palestinos en Gaza, entre ellos dos niños

Dos militantes de Yihad Islámica que transportaban cohetes también fallecieron en la operación

Naiara Galarraga Gortázar

Nueva matanza de civiles palestinos en Gaza. Y con más víctimas que las provocadas en una playa el pasado viernes día 9 al estallar un artefacto en la arena. Dos misiles israelíes mataron ayer a nueve transeúntes, incluidos dos escolares, en una concurrida calle de Gaza capital. Un avión erró el tiro al lanzar el primer misil contra una furgoneta en la que viajaban dos miembros de Yihad Islámica. Después, cuando curiosos y sanitarios de un hospital cercano llenaban el lugar, cayó el segundo artefacto. Los dos milicianos, que supuestamente transportaban cohetes Katiusha, fallecieron también.

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El Ejército israelí dice que no causó la matanza del viernes en la playa

Israel suspendió temporalmente el pasado viernes -poco después de la muerte de siete miembros de una misma familia, los Galia, que pasaban la tarde en una playa del norte de Gaza- todos los bombardeos por tierra, mar y aire. Pero no los llamados asesinatos selectivos. La de ayer es la matanza de civiles más grave en los últimos cuatro años.

Entre las 11 víctimas mortales del ataque israelí de ayer (nueve transeúntes y dos presuntos terroristas) hay tres miembros de una misma familia, los Al Mugrabi: los hermanos Hisham, de cuatro años, y Shaher, de ocho, y su padre, Ashraf, de 30. La abuela de los niños, Hekmat, explicó que su hijo y ella charlaban en una habitación cuando se oyó el primer estallido de misil. Ashraf salió a la puerta de la casa para calmar a los niños que habían estado en la azotea haciendo cometas de papel. "Les estaba gritando, no tengáis miedo, no tengáis miedo, pero antes de terminar la frase murió en mis brazos", relató la señora Al Mugrabi. Otro de los fallecidos es un sanitario de una ambulancia que corrió al lugar tras el primer impacto. Además de los 11 muertos, hubo una treintena de heridos.

Era poco antes de las doce del mediodía (una hora menos que en la España peninsular) cuando el primer misil casi impactó contra la furgoneta amarilla en la que viajaban los militantes de Yihad Islámica Hamud Wadiya -según Israel el máximo responsable del lanzamiento de cohetes de este grupo armado- y Shawki Sayklia. Yihad Islámica ha perpetrado los últimos atentados suicidas en Israel. El vehículo circulaba por una concurrida calle. Después, transeúntes y sanitarios se acercaron al lugar. Nadie en aquella multitud esperaba seguramente que cayera otro misil israelí. Pero así fue. El responsable de la dirección de operaciones del Ejército, el general Gadi Isencott, confirmo que el segundo impactó entre el gentío.

El presidente palestino, Mahmud Abbas, condenó la matanza de civiles y acusó a Israel de "terrorismo de Estado". Sin embargo, el Gobierno israelí no tiene intención de reducir la presión. "Hemos mostrado contención dada la tormenta internacional causada por el incidente de la playa, pero se acabó. Ninguna consideración reemplazará nuestro deber de proteger a los ciudadanos de Israel", declaró el ministro de Defensa, el laborista Amir Peretz. Las milicias palestinas han lanzado desde el viernes un centenar de cohetes caseros que dejaron a un israelí herido grave.

Israel quiere acabar como sea con el lanzamiento de cohetes que tiene atemorizados a los habitantes de las localidades cercanas a la franja de Gaza, sobre todo a los de Sderot. Exigen a su Gobierno mano dura. "El vehículo al que le dimos iba cargado de cohetes Katiusha y de un grupo de personas que estaba dispuesto a lanzarlos", aseguró una portavoz militar. Los restos de los cohetes se podían ver perfectamente, según Reuters, entre los amasijos de la furgoneta amarilla. Sostiene el Ejército israelí que estos proyectiles alcanzan hasta los 20 kilómetros, mucha mayor distancia que recorren los Kassam, de fabricación casera. Por la noche, el Ejército israelí mató durante una incursión en Cisjordania a un palestino, presunto militante de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, informa France Presse.

"Pido a la comunidad internacional que intervenga inmediatamente para proteger a los palestinos de la agresión del Ejército israelí de ocupación, que al final provocará una respuesta que afectará a toda la región", declaró el ministro de Información del Gobierno de Hamás, Yusef Rizka.

Éste es un momento especialmente duro para los palestinos: el fin de las ayudas internacionales y la suspensión del pago de salarios les tienen aún más hundidos en la miseria. Y además se recrudece el enfrentamiento entre el gobernante Hamás y el perdedor de las elecciones Al Fatah. Un dirigente de Yihad Islámica, Jalid al Baaj, acusó a Israel de "explotar la guerra entre Al Fatah y Hamás para debilitar al pueblo palestino".

Yihad Islámica juró vengar la muerte de los civiles y de sus dos militantes. "Si Alá quiere, los grupos de resistencia responderán con contundencia", aseguró a una multitud ante la morgue un líder de Yihad Islámica. Este grupo ha perpetrado todos los atentados suicidas ocurridos en Israel en el último año y medio.

Los cadáveres de tres civiles palestinos yacen en el suelo del hospital Shifa de Gaza.
Los cadáveres de tres civiles palestinos yacen en el suelo del hospital Shifa de Gaza.ASSOCIATED PRESS

Más armas para Abbas

El primer ministro israelí, Ehud Olmert, autorizó el lunes por la noche el envío de armas y munición jordanas y egipcias a las fuerzas de seguridad palestinas leales al presidente Mahmud Abbas. La autorización se produce "a pesar de la tensión y al lanzamiento de cohetes [sobre Israel]", explicó Olmert en Londres, donde efectuaba una visita oficial.

Olmert añadió que con este suministro pretende "reforzar la guardia presidencial, de manera que Abbas pueda fortalecer las fuerzas de seguridad contra Hamás. Se nos acaba el tiempo y tenemos que ayudar a Abu Mazen [Abbas]".

Un asesor de Olmert explicó a Reuters que 375 rifles de asalto han llegado ya a la frontera entre Jordania y Cisjordania. Es la mitad del envío de armas para Abbas en pocas semanas.

Los enfrentamientos entre las milicias fieles a Al Fatah, el partido de Abbas, y las radicales islamistas de Hamás se recrudecieron el lunes. Y cada vez son más las voces que alertan de que puede estallar una guerra civil entre palestinos.

Miembros de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, brazo armado de Fatah, prendieron fuego la pasada madrugada a dos oficinas de Hamás en Cisjordania.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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