"Si escucho a Amaral, recuerdo la jugada"

Cada cuatro años, Julio Cardeñosa (Valladolid, 56 años) revive una y otra vez una jugada que, aunque se obcecase, no podría borrar de sus recuerdos. Siempre que hay un Mundial de por medio se la recuerdan. El gol que tuvo en sus botas contra Brasil (0-0) en 1978, en Argentina, era tan obvio, tan a puerta vacía (7,32 metros por 2,44) que la ocasión fallida pasó a ser conocida como el no gol más célebre de España en los Mundiales.

Pregunta. Todos los Mundiales, la misma historia.

Respuesta. ¿Usted qué cree? De momento, ya me lo está recordando usted mismo. El primero del día.

P. ¿Fue para tanto?

R. Yo fui quien inició la jugada pasándole el balón a Uría, que entró por la derecha y centró. Entonces, el portero, Leão, salió al borde del área y llegó tardísimo a la pelota, que la bajó Santillana. Me la pasó y..., bueno, es que el campo era nuevo, había llovido y se levantaba un poco el césped. Cuando fui a pegarle, me botó un poco y, ¡como tenía tiempo!, adelanté el balón un poquito más, dos o tres metros. Pensaba que la portería estaba vacía cuando por ahí apareció Amaral.

"Cuando fui a pegarle, el balón me botó. Así que pense: 'Cuidado'. Como tenía tiempo..."

"¿Por qué no me recuerdan por el centro a Rubén Cano? Su gol nos valió la clasificación"

P. ¿Nadie le gritó que venía Amaral?

R. Me da que a los compañeros les pasó un poco como a mí. Lo veíamos tan, pero tan claro, que sólo pensábamos que sería gol.

P. Ahora hay un grupo musical, Amaral, que tiene mucha fama. ¿Le gustan sus canciones?

R. Cada vez que les escucho recuerdo la jugada.

P. ¿Qué le dijo Kubala?

R. Pues que no había ningún problema, que nada, que todo seguía igual... Que le podía ocurrir a cualquiera.

P. ¿Y usted cómo lo ve?

R. Que se recuerda más que nada porque no nos clasificamos para la siguiente ronda. Si hubiésemos pasado... Pero, como nos tuvimos que volver, fue un fracaso que todos achacan a ese gol fallido. El problema surgió en el primer partido, contra Austria (1-2). Pensábamos que íbamos a ganar y resulta que tenían un pedazo de selección. Y de aquellos polvos, estos lodos. Porque el resultado con Brasil fue bueno (0-0) y luego ganamos a Suecia (1-0), pero no fue suficiente.

P. Entonces, más que una pifia en concreto, fue una pifia del grupo.

R. Si hubiéramos pasado a la siguiente ronda, mi error no habría tenido ninguna trascendencia. ¿Cuántos goles se fallan? Muchísimos. Incluso más fáciles que el mío.

P. Están el suyo, el de Salinas con Pagliuca en 1994, el penalti de Raúl en la Eurocopa de 2000...

R. Y Eloy falló otro penalti. ¿Fallos? Yo los he visto peores que el mío, pero son eso, circunstancias que se quedan en la retina, y ya es el tópico de siempre: "Anda, éste es el que falló el gol a Brasil...". Es el tema de cada Mundial. Tropecientas veces.

P. Cuando falló, ¿se quería morir?

R. No le daba vueltas a la cabeza. Estaba metido de lleno en el partido. Además, si hubiera marcado, todavía quedaban 20 minutos. Y Brasil tuvo sus oportunidades. Fue muy competido. Si antes del partido te preguntan que, si firmábamos el empate, todos lo habríamos hecho.

P. Vamos, que usted hizo lo que tenía que hacer. ¿Volvería a hacerlo igual o cambiaría algo?

R. Hombre... Me pasó por pensar y querer asegurar. Si no me llega a botar el balón, habría chutado tal y como venía y habría sido gol, porque la portería estaba vacía. Pero pensé: 'Cuidado Julio, que ha botado y lo mismo la pegas de primeras y la mandas por encima del travesaño'. Porque me botó bastante, ¿sabe? En fin, ¡yo qué sé! Lo mismo la golpeo de primeras y la mando al limbo.

P. A Leão se le aparecieron todos los santos.

R. Sin lugar a dudas. Pero vuelvo a repetir que, de marcar, todavía quedaban 20 minutos, ¿eh? Y 20 minutos contra Brasil son muchos minutos.

P. De lo que no se habla es de cómo se ganaron la clasificación en Yugoslavia.

R. En España somos muy catastrofistas. Siempre te recuerdan por lo malo. ¿Por qué no me recuerdan por el centro a Rubén Cano? Casi sobre la misma línea de fondo centré y él remató y gol. En ese partido, el último, nos jugábamos em Belgrado la clasificación para el Mundial.

P. Ese año bajó a Segunda con el Betis.

R. Tuvimos esa desgracia, pero, con todo, Biosca y yo fuimos a Argentina. Eso demuestra la categoría que tenía el equipo.

P. Del Monumental de River a la Nova Creu Alta de Sabadell.

R. Sí... Fue un año durísimo, con más pena que gloria. Nos costó mucho trabajo subir.

P. ¿No le echaban en cara su ocasión fallida para ponerle nervioso?

R. No. Hasta que me retiré ese tema apenas salía. Ha sido después. Si hubiera ocurrido en un partido amistoso, no estaríamos hablando.