La manifestación de la AVT
En la concentración convocada por el Partido Popular el pasado sábado en la plaza de Colón de Madrid, veo, en la información que EL PAÍS recoge sobre la misma el domingo día 11, una fotografía en la página 21 donde un anciano sentado y con gorra blanca parece meditar si la concentración es también por las víctimas de marzo de 1976 masacradas en la iglesia de San Francisco en Vitoria.
Cuando asesinaron al ingeniero Ryan, a Juan Casas, a Tomás y Valiente, a Miguel Ángel Blanco, a los niños y niñas del cuartel de Zaragoza, a Fernando Buesa, a los guardias civiles de la plaza de la República Argentina de Madrid, a los que estaban en Hipercor, al delegado de Telefónica en Guipúzcoa... y a tantos otros, siempre hemos estado con las víctimas. Parábamos el tráfico, concentraciones silenciosas, manifestaciones donde todas y todos pedíamos que ETA dejara de matar, "No son vascos, son asesinos..."Siempre mi cariño, respeto, admiración y solidaridad para las víctimas, para todas las víctimas, pero el sábado, y siento decirlo, yo no vi una manifestación contra ETA, no vi, y siento decirlo, una manifestación exigiendo la paz, vi una manifestación contra un Gobierno, especialmente su presidente, una manifestación en la que de manera a mi entender absolutamente partidista, se mezclaba el rechazo ante lo que los organizadores consideraban una claudicación ante los terroristas con unas dudas tremendas sobre la investigación del atentado del 11-M. ¿De verdad esta manifestación se hizo pensando en las víctimas, en todas las víctimas? Cariño, respeto, admiración y solidaridad para todas las víctimas...- José Padilla Nardínez
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.