_
_
_
_
Crítica:TEATRO | 'Medea'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Aliento trágico

Javier Vallejo

He aquí una Medea contada limpiamente, con cierto misterio, en un espacio expresivo y sugerente. Gábor Zsámbéki, director del teatro Katona József, de Budapest, ha dibujado una puesta en escena clara, fiel a la letra y a la música del texto, punteada con efectos teatrales de buena ley. Su montaje entra por los ojos. En el escenario, cubierto de piedras blancas, hay un par de charcos, un poste de la luz carcomido por la lluvia y un Renault 4L oxidado, con el morro hundido en el pedregal. Parece que lleva décadas allí. Al pie del poste, hay un muñeco de tamaño humano o alguien en cuclillas: ni pestañea durante los 12 minutos que el público tarda en entrar. Es La Nodriza, que, al comienzo de la tragedia, anuncia el desenlace: teme que los hijos de Medea paguen con su vida el desplante de Jasón. Los espectadores griegos conocían sobradamente este mito: Eurípides no pretendió sorprender con los giros de la historia, sino contarla de manera inspirada.

Medea

De Eurípides. Versión: Géza Fodor y Júlia Ungár. Producción: Teatro Katona József. Con: Andrea Fullajtár, Gábor Máté, Zoltán Bezerédi, Ági Szirtes, Erika Bodnár, Réka Pelsöczy, Anita Tóth, László Szacsvay, Ferenc Elek, Károly Hajduk... Música: Marcell Dargay. Vestuario: Györgyi Szakács. Escenografía: Csörsz Khell. Dirección: Gábor Zsámbéki. Teatro de la Abadía. Madrid, 10 de junio.

Ági Szirtes, actriz que interpreta a La Nodriza, es estupenda. Sostiene su prolongado monólogo con brío y presencia. Medea, encerrada en una caseta metálica, la interrumpe a veces con un gemido animal, estremecedor y melancólico, o con un grito en off: "Ay, desdichada de mí". Como Rosaura cuando escucha a Segismundo sin verlo, dudamos de que tal voz sea humana: el lobo enseña la oreja.

Mujer real

Andrea Fullajtár, Medea joven, sugestiva, con melena leonina y voz de contralto que le va al pelo al personaje, clava su hermoso monólogo de salida. Humillada, dolida, dispuesta a todo, es una mujer excepcional pero real, no un mito. Trata a Jasón (Gábor Maté) de tú a tú, está dispuesta a pegarse con él. Gábor Zsámbéki transforma el coro trágico en un trío de amigas de la protagonista: la interpelan una por una, jamás al unísono. Las tres caminan entre el público, le aproximan la acción. Hacen añicos la cuarta pared.

Creonte (Zoltán Bezerédi) carece de grandeza. Es un rey y parece un mendigo. Medea, suplicando su perdón, le desborda, le hace sentirse como un turista occidental acosado por un grupo de niños hambrientos. Arrodillada ante él se lo come, lo derriba, lo deja con la cabeza hundida en un charco.

Esta Medea, atemporal, telúrica, está muy bien respirada por los actores. La versión de Fodor y Ungár es respetuosa y elocuente, a juzgar por lo que de ella nos llega a través de los sobretítulos: han recortado los parlamentos del coro, eliminado las referencias mitológicas y actualizado las expresiones. El vestuario de Szakács, anacrónico, empasta en color y textura con las piedras, el metal y la madera de la escenografía povera y primitivista: en medio del pedregal, el Renault, todo óxido, es la nave encallada de los Argonautas.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_