Las tres revoluciones contemporáneas

Tiene razón Gabriel Tortella cuando afirma que comprender las claves de la historia contemporánea es una condición sine qua non para entender qué ocurre en el mundo presente. Y, precisamente, a descifrar estas claves dedica su último libro, un fascinante recorrido por la exitosa historia mundial de los dos últimos siglos y medio que culmina en lúgubres predicciones acerca del futuro próximo de la Humanidad.

Desde cualquier punto de vista, la segunda mitad del siglo XVIII y los siglos XIX y XX representan una etapa de ruptura histórica sin precedentes: el crecimiento económico, los avances técnicos, el incremento de la población, las transformaciones sociales y los cambios en las formas de organización política fueron verdaderamente extraordinarios en este periodo, a pesar de las sombras que las desigualdades entre países y los episodios de extrema violencia (guerras, genocidios y purgas políticas) proyectaron. La retahíla de acontecimientos que perfilan nuestro pasado reciente, bien conocidos por cualquier aficionado a la historia, configuran tan sólo el telón de fondo de este ensayo, cuyo hilo conductor lo constituyen las que el autor considera las tres grandes revoluciones contemporáneas.

La primera de ellas es la instauración de regímenes de corte liberal-burgués en sustitución de las monarquías absolutas, que en puridad empieza en los Países Bajos del siglo XVI, continúa con la rebelión de Cromwell en la Inglaterra del siglo XVII, alcanza el cénit con la Revolución Francesa de finales del XVIII y se generaliza en los países occidentales durante el siglo XIX. La segunda gran revolución es la industrial, que se desencadena en Inglaterra a mediados del siglo XVIII y se extiende con rapidez a los países más desarrollados elevando la capacidad de producción del hombre hasta cotas inimaginables con anterioridad, fenómeno que a su vez provoca profundas alteraciones en las estructuras sociales como la irrupción de la clase obrera. La tercera revolución es la "socialdemocrática", que, gracias al progreso económico, triunfa en el siglo XX de la mano de la ampliación del universo con derecho a voto a las mujeres y a los colectivos de varones antes excluidos y de la construcción del Estado de bienestar; la incorporación al proceso de decisión política de los sindicatos y de las clases con bajos niveles de renta es, por ejemplo, un elemento fundamental para entender por qué fracasó con estrépito la restauración del "patrón oro" en el periodo de entreguerras.

Aunque el autor constata que el progreso durante los últimos doscientos cincuenta años ha sido espectacular e incluso los países del "tercer mundo" se han beneficiado parcialmente del mismo, considera que la descontrolada presión demográfica, la finitud de los recursos naturales y la agresión al medio ambiente tiñen de incertidumbre nuestro futuro. Sin embargo, a la hora de realizar predicciones, quizá Tortella subestima, al igual que Malthus hace doscientos años, el poder de los avances tecnológicos de ofrecer soluciones a problemas que, desde nuestra perspectiva actual, parecen no tener arreglo.

Los orígenes del siglo XXI es una magnífica obra del mejor historiador económico español vivo, quien ha alcanzado un umbral de madurez intelectual que le permite destilar lo mejor de sus reflexiones y de su abrumadora erudición al servicio de una visión panorámica de lo más sugerente. La escritura que nos transporta esta visión es, además, elegante y limpia, no está exenta de ocasionales dosis de ironía y dibuja una estructura del trabajo bien definida, lo cual contribuye a la nitidez de los mensajes que el autor quiere transmitir. Es encomiable el esfuerzo que Gabriel Tortella hace por conectar todos los grandes acontecimientos con explicaciones coherentes con el esquema interpretativo que propone, virtud que, en mi opinión, es la que más claramente le distingue como historiador.