Gasto y ciclos
En una economía los agentes privados reparten sus recursos entre los destinos de consumo, inversión o ahorro (positivo o negativo), en función de sus ingresos, la expectativa de ingresos futuros, los precios y sus preferencias por gasto presente o futuro. En el caso del sector público, en democracia, ocurre algo similar. Si asumimos que las preferencias de los gobiernos en democracia vienen determinadas por el objetivo último de reelección, sus decisiones de gasto, además de determinadas por los factores anteriores, estarán orientadas a la consecución de dicho objetivo.
En este sentido, el ciclo puede ser un importante determinante del gasto, en el caso de aquellos gobiernos que decidan gastar en función de sus ingresos corrientes. Por otro lado, la proximidad de elecciones también puede convertirse en determinante tanto del nivel de gasto como de su composición, si los gobiernos deciden aumentar el mismo y/o dar prioridad a aquel tipo de gasto con el que esperan obtener mayor rendimiento político.
El actual momento cíclico, político y económico, apunta hacia un aumento del gasto público en América Latina
El buen momento cíclico por el que atraviesan, en general, las economías latinoamericanas, junto con la existencia de elecciones en una buena parte de esos países, llevan a preguntarse por la posibilidad de un incremento del gasto público, sobre todo en la forma de transferencias redistributivas de renta, como las prestaciones sociales.
En un reciente análisis (BBVA Latinwatch segundo trimestre 2006), para 16 países de América Latina, se han hallado evidencias de que el gasto público es procíclico. Un resultado interesante es que la inversión pública es más estable que las transferencias, en contra de lo que podría pensarse. Aunque ambas partidas de gasto responden al ciclo (en media, las dos se incrementan en tiempos como el actual, y ambas retroceden durante una recesión), los gobiernos latinoamericanos realizan los mayores ajustes, al alza y a la baja, sobre los gastos de transferencias, siendo estos más volátiles que la inversión.
No sólo el momento cíclico afecta al volumen de gasto y sus componentes, sino que el aumento del gasto hallado ante la proximidad de la celebración de elecciones demuestra que hay un ciclo político.
El buen momento del cíclico en estas economías, unido en varios casos a la celebración de elecciones, sugieren que en 2006 habrá un incremento del gasto público sobre el producto en la región.
Juan Antonio Rodríguez García es economista del Servicio de Estudios Económicos del BBVA.
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