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Russo debuta con una 'road movie' emocional

El cineasta se adentra con 'Amor en defensa propia' en una historia "de sentimientos y mentiras"

Cuenta Rafa Russo (Madrid, 1962) que siempre ha sentido una gran curiosidad por la gente "que vive del cuento y de la mentira". Así que cuando le llegó la oportunidad de dirigir su primer largometraje, este músico, guionista y autor de dos celebrados cortometrajes -con Nada que perder (2002) ganó una cuarentena de premios, entre ellos el Goya- escribió la historia de "dos personajes desarraigados, un hombre y una mujer maduros, que han transitado por la vida engañando a los demás y a sí mismos". Para redondearla, imaginó que se enamoraban y que este sentimiento ejercía "un poder transformador" en ellos. De manera que éste es aproximadamente el argumento de Amor en defensa propia, su ópera prima, que el cineasta define como "una road movie emocional".

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A la deriva

El actor argentino Gustavo Garzón (Buenos Aires, 1955) y la actriz andaluza Ana Fernández (Valencina de la Concepción, Sevilla, 1963) encarnan a Rubén y a Adriana. Él es un ex futbolista de segunda fila que tuvo que abandonar su carrera deportiva a causa de una lesión y que se ha convertido en un profesional del timo y de la estafa. Ella no tiene oficio ni beneficio, aunque dice ser pintora. Sus dos matrimonios han fracasado, es madre de un hijo veinteañero al que no ve desde hace 10 años y vive de sablear a los amigos. "Ambos se autojustifican por la mentira", sintetiza Rafa Russo, que se siente muy satisfecho con la elección que hizo de los protagonistas.

A Ana Fernández (Solas, Historia de un beso), explica el director, "la tenía en mente" mientras escribía el guión. A Gustavo Garzón -un actor muy conocido en Argentina que, con Amor en defensa propia, debuta en el cine español- lo seleccionó en un casting en Buenos Aires. "El personaje de Rubén es argentino porque me encajaba muy bien con la historia. Lo vi claro desde el primer momento. Tal vez porque soy hijo de padres argentinos, y sé cómo son". Para Gustavo Garzón, su papel significó "un desafío tremendo". "Se trataba de hacer una actuación sobre la actuación. Fue muy complicado, pero también muy lindo y divertido", cuenta el actor, que asegura no sentirse identificado con su personaje aunque sí le resulta familiar. "Es un arquetipo que conozco: porteño, carente de humildad y de modestia, que va gritando sus mentiras", apunta. "Sí", tercia Russo, "aunque lo verdaderamente interesante de Rubén es presenciar su superación y ver cómo se va quitando la careta".

Tanto Ana Fernández como Gustavo Garzón afirman sentirse muy cómodos trabajando a las órdenes de directores noveles, como lo es Rafa Russo. "Yo apuesto por los primeros directores; las primeras veces son únicas", lanza la actriz. "En ningún momento sentí que fuera la primera película de Rafa. Jamás se quedó con lo primero que le daba", añade el actor.

Amor en defensa propia está rodada sobre todo en Barcelona y Tarragona -"me interesaba como escenario una ciudad costera fuera de temporada, para que el tiempo pareciera suspendido", justifica Russo- y el propio director es autor de la música. "Probé y me di cuenta de que la tenía dentro".

Ana Fernández y Gustavo Garzón, en <i>Amor en defensa propia</i>.
Ana Fernández y Gustavo Garzón, en Amor en defensa propia.
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