A la deriva

Debú en la realización del guionista de Lluvia en los zapatos, Rafa Russo. Amor en defensa propia es un trabajoso, un tanto asmático drama sobre mentiras y medias verdades, sobre amores con marchamo de redención y culpas añejas. Construido según una técnica de guión aparentemente compleja, pero en el fondo profundamente extraviada (tarda mucho el respetable en entender de qué va la cosa... y no es mejor cuando se entera, por fin, de quiénes son los verdaderos protagonistas y lo que les ocurre), la película abunda en situaciones de muy difícil plasmación cinematográfica (o sea, que exigen mucha buena voluntad del espectador para resultar plausibles), al tiempo que naufraga cuando se trata de construir para sus personajes psicologías plausibles.

No le falta gracia, empero, a la puesta en escena, y es curioso tratándose de un filme dirigido por un guionista. Y de lo que jamás se podrá quejar Russo es de la entrega de sus intérpretes, de todos, pero muy en especial de Ana Fernández, que hace más de lo que puede con un personaje mal construido, lejano, sin capacidad para conectar casi nunca con el intrigado, desarmado espectador.