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Entrevista:Joan Saura | Presidente de ICV | El futuro de Cataluña

"Creo que el PP se está suicidando"

Joan Saura (Barcelona, 1950), presidente de Iniciativa (ICV), asegura que, para bien y para mal, el Estatuto ha sido fruto del pacto entre Cataluña, Rodríguez Zapatero, María Teresa Fernández de la Vega y Pérez Rubalcaba: "No hemos tenido más complicidades".

Pregunta. Usted negoció como sindicalista con Martín Villa y ahora ha negociado como político con Rubalcaba. De los dos, ¿el más duro de pelar?

Respuesta. Martín Villa solucionaba conflictos enviando a la policía. Rubalcaba tiene que usar la negociación. La ventaja y el inconveniente para sus interlocutores es su inteligencia.

P. ¿La gente votará por convencimiento o porque siente pánico ante la posibilidad de que, en caso de ganar el no, se vuelva a abrir dentro de un año el proceso estatutario?

"CiU y Mas no están haciendo una campaña por el sí; están haciendo una campaña electoral para ellos, como suelen hacer siempre" "Para responder al mensaje del PP de que Cataluña rompe España ha faltado Zapatero explicando qué España quiere. Yo la quiero federal"
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R. Fundamentalmente, el será por convencimiento de que este Estatuto es un salto importante en lo positivo. A ese votante se sumarán los que se movilicen por el tras la campaña de mentiras, insultos y barbaridades del PP a lo largo de los dos últimos años. Uno de los grandes problemas del Estado español es la derecha que tenemos, que no es heredera de Adolfo Suárez, que hubiese apoyado el Estatuto y la pacificación del País Vasco. Creo que el PP se está suicidando.

P. En el programa A vivir, que son dos días le explicaba usted a Àngels Barceló que de sus preocupaciones de hace mes y medio había pasado a las buenas vibraciones. ¿Qué le ha ocurrido en ese tiempo?

R. He percibido que a medida que la gente va conociendo el contenido del Estatuto toma conciencia de que necesariamente ha de votar sí. Es imposible votar no a un Estatuto que dice que la gente en situación de pobreza tiene derecho a una renta mínima garantizada y que jurídicamente iguala por primera vez al catalán con el castellano. Ganas adeptos si explicas el Estatuto de forma pedagógica. Y eso es lo que hacemos nosotros: explicar que los problemas de la gente mayor, de los trabajadores en precario, la política de vivienda... tienen que ver con el Estatuto. Explicar eso en lugar de insultar puede tener un coste mediático, pero no nos saldremos de esa línea. Éste no es el Estatuto de la pelea entre políticos. Es el Estatuto de las personas.

P. ¿Campaña por el referéndum o precampaña autonómica?

R. Lo que en este sentido están haciendo Artur Mas y CiU es absolutamente inaceptable. No están haciendo una campaña por el sí. Están haciendo una campaña electoral para ellos, como suelen hacer siempre. También han querido patrimonializar el Estatuto. Cataluña son ellos. Es la característica de un tipo de nacionalismo que cree que tiene toda la razón. CiU debería ser leal a lo que significa el referéndum.

P. Días atrás dijo usted que el Estatuto nos hará fuertes para frenar las deslocalizaciones. ¿No se pasó usted de rosca?

R. Quise decir que, a partir de un Estatuto que da mayores competencias económicas a Cataluña, tendremos mayor margen para establecer un marco de relaciones laborales, y al tener mayor competencia en investigación, podremos ser más competitivos. El Estatuto amplía la financiación y los derechos de las personas, e incrementa las competencias de Cataluña, pero el Estatuto por sí mismo no resuelve nada.

P. Zygmunt Bauman afirma que no se puede hacer frente a problemas globales con medidas locales. Y eso vale igual para la deslocalización que para la inmigración.

R. Vale para todo, efectivamente. Cuando me refiero a hacer frente a la deslocalización quiero decir que hemos de reorientar nuestra productividad hacia un modelo de alto valor añadido, tecnológicamente avanzado. Es evidente que una parte de nuestro tejido industrial se nos irá, pero Cataluña siempre ha sido un país avanzado y creo que haciendo un esfuerzo decidido es posible conseguir un sistema productivo de alta calidad compatible con buenas prestaciones sociales y condiciones laborables dignas. Desde Cataluña no vamos a dar respuesta al sistema globalizado, pero creo que podemos engancharnos a la globalización a partir del momento en que decidamos el modelo de país que queremos ser. Pongo el ejemplo de Finlandia.

P. Sí al Estatuto. ¿Cómo se regulariza, cómo se pone en marcha el complicado engranaje? ¿No entraremos en un periodo de tensiones similar al de su tramitación?

R. Hoy nadie es capaz de decir cuánto tiempos nos costará desarrollar, aplicar el Estatuto. Las transferencias que prevé van a provocar, efectivamente, negociaciones difíciles.

P. ¿Pueden acabar en los tribunales en más de un caso?

R. Sí. Pongamos un ejemplo de los muchos que le podría poner. El Estatuto dice que los trenes de cercanías de Renfe serán gestionados por la Generalitat. Por lo tanto, se han de llevar a cabo transferencias. Estoy seguro de que decidir o pactar de cuántos trenes hablamos, de cuántas inversiones, será un proceso largo y difícil. La Administración central tiene inercia centralista y pocos miembros del Gobierno tienen concepción autonomista o federalista. Una victoria del por un margen estrecho daría poca fuerza a la negociación.

P. Después de tanto trajinar con el tema, ¿está hasta el coco?

R. No estaría un poquito más de hasta el coco si el proceso se hubiese hecho en la mitad de tiempo, y eso se pudo conseguir de haberse dado menos partidismo. Si quiere saber qué es lo que a lo largo del proceso estatutario he encontrado de más, le diré que ha sido la confrontación entre nacionalismos, y si quiere saber qué he echado de menos, sepa que es una propuesta federal. Nuestro proceso de transición fue singular y el Estado resultante es también singular. Ni desde el Gobierno ni desde los medios de comunicación se ha dicho con claridad que el Estatuto va en la dirección de un Estado federal y que, en contra de lo que dice el PP, los Estados federales son fuertes. Deberemos preguntarnos un día u otro qué España queremos.

P. ¿Lleva bien la pesadilla de lo que ha sido el largo parto?

R. Hombre... Pesadilla... Tampoco ha sido eso. ¿Sabe por qué doy por bien empleados los espacios y las noches de lo que usted define como pesadilla? Porque tengo la sensación de que dentro de un tiempo, cuando haya perspectiva, se verá que los cinco pilares sobre los que se fundamenta el Estatuto fueron el inicio de una nueva etapa histórica.

P. ¿Papel de cada uno de esos cinco pilares?

R. Uno, reconocimiento de las aspiraciones nacionales. Dos, título de derechos. Tres, nuevas competencias. Cuatro, mayor financiación. Cinco, definición de las relación con Europa y con España, planteadas a un mismo tiempo de forma bilateral y multilateral.

P. Con ICV-EUiA los demás partidos se meten poco. Parece incluso una desconsideración conforme está el patio.

R. El PP se mete mucho.

P. En la calle se elogia la sensatez de su partido, pero se cree que van a pagar el pato de la crisis del tripartito.

R. Sobre la sensatez, cuando se entra en un gobierno no se va a hacer ruido, sino a trasmitir a la ciudadanía la idea de que se trabaja con seriedad y sin hacer disparates. Sobre lo segundo, es evidente que existe el peligro de un acuerdo PSC-CiU, que creo que sería negativo para Cataluña y para el partido socialista. Nosotros no gobernaremos con CiU en la Generalitat. Sus planteamientos políticos y sociales no nos interesan.

P. Reconocerá que el tripartito, más que ruido, ha provocado estruendo cósmico.

R. Siempre he hablado de ruido mediático, pero me gusta lo del estruendo cósmico que ha ocultado los logros del gobierno, que le aseguro que son muchos [Saura enumera una larga relación de realizaciones]. Sí: las polémicas han ocultado los logros. Ha sido un Gobierno con una inmensa capacidad de autodestrucción.

P. ¿Qué le ha faltado a ERC?

R. Madurez política. Especialmente sobre el referéndum.

P. En sus malos momentos los políticos aseguran que han aprendido de sus errores. ¿Rectifican o vuelven al erre que erre?

R. A los políticos nos pasa como a todo colectivo, aunque quizá en los políticos que tienen poder se exacerba ese vicio de creerse en posesión de la verdad.

P. Antoni Gutiérrez me dijo que en su gremio abundan los neuróticos: cuando la gente no sigue sus ideas, creen que la gente se ha equivocado, nunca piensan que se han equivocado ellos.

R. Además de neuróticos, en el gremio hay paranoicos y esquizofrénicos. El Guti fue generoso. Cuando la gente vota se puede equivocar, los que han estado votando a Berlusconi, por poner un ejemplo; pero es cierto que la megalomanía de creerse en posesión de la verdad se da en muchos políticos y se dio sobre todo en partidos de matriz comunista. El partido siempre tenía razón. Una de las novedades de la nueva izquierda es no creer en las verdades absolutas.

P. Pregunta del millón: ¿qué es España?

R. Un país plurinacional, diverso desde todos los puntos de vista, en el que tras la propuesta de Estatuto y el mensaje del PP de que Cataluña rompe España ha faltado la voz de Rodríguez Zapatero explicando qué España quiere. Yo la quiero federal.

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