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La Ertzaintza desaloja a los sindicalistas encerrados en el Hospital de Cruces

Las centrales avisan a Osakidetza que su oferta de empleo supondrá "años" de conflicto

La Ertzaintza desalojó a mediodía de ayer a los 80 delegados de los sindicatos ELA, SATSE y ESK que habían iniciado horas antes un encierro en la recepción del Hospital de Cruces. La pretensión de los sindicalistas era mantener la protesta el tiempo que hiciese falta para presionar a la dirección de Osakidetza a negociar una mejora en las condiciones laborales de la plantilla. Sin embargo, el desalojo, algo que ya se esperaban las centrales, les va a obligar a cambiar de estrategia. De momento, han anunciado un nuevo encierro para mañana en el Hospital de Txagorritxu.

La protesta había comenzado a las siete de la mañana. A esa hora, los 80 delegados sindicales accedieron a la recepción del principal hospital vasco y uno de los emblemas de Osakidetza, donde unas tres horas después dieron incluso una rueda de prensa. A mediodía eran desalojados sin incidentes. "Desde primera hora sabíamos que esto podía ocurrir", comentaba poco después de la intervención de la Ertzaintza la portavoz de ELA, Izaskun Garikano. Con este desalojo la historia se repite, ya que en mayo pasado los sindicalistas también fueron obligados a abandonar los encierros que habían comenzado en los hospitales de Cruces y Txagorritxu. Aquellas fueron las primeras protestas, que poco después desembocaron en la convocatoria de cuatro jornadas de huelga general en el sector, de las que sólo se llegaron a celebrar dos.

Garikano lamentó el desalojo: "En ningún momento hemos entorpecido el funcionamiento del hospital". Enfatizó que este tipo de actuaciones es "la marca de la casa", en referencia al Gobierno. "Eso de negociar hasta la extenuación, más allá de una declaración retórica, no parece que tenga mucho contenido", se lamentó la portavoz de ELA, recordando el mensaje habitual del lehendakari, Juan José Ibarretxe, de que hay que dialogar hasta el agotamiento para resolver los conflictos. "Si esta es la actitud que quieren adoptar, tenemos conflicto para rato", advirtió.

Tras el desalojo, los sindicalistas continuaron su protesta en el exterior del hospital y anunciaron que mantendrán los encierros en otros centros. El próximo será mañana en el Hospital de Txagorritxu, principal centro sanitario de Vitoria.

El gerente de Cruces, Mikel Álvarez, aseguró que había comunicado a las centrales que no estaban permitidos los encierros en las dependencias del hospital, ya que ello "deteriora el acceso para los ciudadanos, para los pacientes y para los trabajadores". En esta línea, les comentó que podían entregar papeles y hablar con los ciudadanos y los trabajadores en el acceso mientras no se montase "una situación de disturbio, pero ya empezaba a perfilarse" al arrojar papeles al vestíbulo y sacar algunas colchonetas.

Mientras duró el encierro, los delegados analizaron la situación creada tras la ultima propuesta de la dirección de Osakidetza para desbloquear el conflicto, consistente en una oferta pública de empleo (OPE) de 4.000 plazas. Según ELA, SATSE y ESK, esa propuesta no va a servir para cerrar el conflicto, ya que en buena parte se trata de "vender humo" porque no supone ni creación de empleo ni garantiza la estabilidad para la plantilla.

"Falta de responsabilidad"

Osakidetza rechaza estos argumentos y asegura que tras la OPE el 95% de la plantilla tendrá un puesto fijo y que en esta convocatoria salen 300 nuevos puestos de plantilla estructural.

Garikano recalcó que la oferta de empleo resulta insuficiente y recalcó que "lo único que se asegura Osakidetza con esta postura es conflicto para muchos años". Frente a las 4.000 plazas que el Servicio Vasco de Salud considera factible sacar a oposición, ELA considera que serían necesarias al menos 6.500 para asegurar la estabilidad de quienes "llevan años trabajando en el sector" y para crear puestos que liberen a la actual plantilla de la sobrecarga de trabajo que sufre. Además, criticó que Osakidetza presentara la OPE como una especie de ultimátum. "Con esto no van a arreglar nada", zanjó Garikano, quien recordó que la voluntad negociadora se demuestra acudiendo a las reuniones. "Nosotros hemos ido. Lo que no nos parece voluntad negociadora es ir a los medios de comunicación para dar un ultimátum sin haber hablado con ninguno de nosotros [por los sindicatos en conflicto]. Es una falta de responsabilidad tremenda".

Osakidetza pretende reunirse de nuevo de forma bilateral con las seis centrales que integran la mesa sectorial antes de convocar ese foro de manera formal.

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