Perú decide hoy el equilibrio suramericano
Los comicios peruanos se convierten en el fiel de la balanza entre el populismo y la socialdemocracia en Suramérica
Cuando hay que definirse los matices desaparecen, y eso es lo que va a suceder hoy en Perú, en cuyas urnas no sólo se va a dirimir la pugna entre el socialista Alan García y el nacionalista Ollanta Humala por la presidencia del país, sino también qué proyecto de integración se impone en Suramérica: el de las socialdemocracias, representadas por el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y la chilena Michele Bachelet, o el populismo con tintes nacionalistas del venezolano Hugo Chávez y el boliviano Evo Morales. Expertos peruanos y de otros países del subcontinente coinciden en que hoy los peruanos deciden mucho más allá de quién ocupará durante los próximos cinco años el Palacio de Pizarro en Lima.
En opinión del analista y periodista Gustavo Gorriti, una victoria hoy de Humala, líder de la Unión por el Perú (UPP), tendría una fuerte influencia en las elecciones presidenciales en Ecuador previstas para el próximo mes de octubre. Las relaciones entre Quito y Washington no atraviesan su mejor momento debido al litigio que mantienen el Gobierno de Alfredo Palacio y la compañía petrolera estadounidense Occidental, y esta misma semana Chávez ha hecho escala en la capital ecuatoriana procedente de Bolivia, donde ha abundado en su tesis indigenista frente a EE UU -el 60% de la población ecuatoriana es indígena- y de paso redobló sus ataques contra Alan García. Una victoria populista en Perú y otra en Ecuador dejarían aislada a Colombia.
Gorriti apunta además un dato que puede actuar como un imán en otros procesos electorales próximos en la zona: el Banco Central de Perú tiene en la actualidad unas reservas de 16.000 millones de dólares lo que, en su opinión, le otorga a Humala un plazo de tres años para poder aplicar políticas populistas sin que, en apariencia, se vean los daños económicos. "Y cuando se acabe la fiesta, ya habrá habido una Asamblea Constituyente", añade el analista. Efectivamente, en el programa de Humala figura entre sus prioridades -al igual que ha ocurrido en Venezuela y va a pasar en Bolivia- cambiar la Constitución.
"Si Alan García gana, que es lo más probable, va a ser un freno al proyecto de Chávez. Está claro que no va a ser útil a sus intereses. Va a convertirse en una piedra muy grande en su zapato", opina Norberto Consani, director del Instituto de Relaciones Internacionales de La Plata, en Argentina, quien no obstante advierte. "No está claro hacia dónde irá. Alan García es impredecible, como la mayoría de los presidentes de la región. Puede continuar la línea del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, pero también hay que tener en cuenta que Estados Unidos tiene una imagen muy devaluada en este momento en la región".
Mientras el brasileño Lula ha mantenido un silencio total respecto al proceso electoral peruano y la chilena Bachelet -país con el que Perú tiene un importante contencioso territorial- ha logrado que el ex presidente peruano Alberto Fujimori no utilice Chile como base durante la campaña, Chávez se ha implicado a fondo, con amenaza de ruptura de relaciones diplomáticas incluida en el caso de que el vencedor de hoy sea el candidato socialista. Con Bolivia ya en su órbita, Chávez aspira a convertir el área andina en su zona de influencia y para ello, paradójicamente, ha tenido que dinamitar la Comunidad Andina de Naciones (CAN), organismo al que Chávez ha declarado "muerto" y pretende abandonar. La razón es que el otro país fuerte de la CAN es Colombia, donde el derechista Álvaro Uribe obtuvo una importante victoria el domingo pasado y que ha sido invitado por la OTAN a asociarse a ella como "aliado extrarregional", un movimiento que podría ser interpretado por otros países de la región como una amenaza.
Sin embargo, el propio Humala no es partidario de desactivar la CAN. En una reunión mantenida el viernes por la tarde (madrugada de ayer en España) con varios corresponsales extranjeros, el líder de la UPP aseguró que "la prioridad es la CAN" y se mostró partidario de que Venezuela vuelva a la organización.
Para Humala, que no quiso referirse a la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) impulsada por Fidel Castro y Chávez, "ningún país puede estar solo frente a los bloques que se están formando".
García es partidario de mantener el acuerdo comercial con EE UU firmado en el último momento por el presidente saliente, Alejandro Toledo, pero que aún debe ser ratificado por el Congreso. Su partido, el Partido Aprista Peruano (PAP), es miembro de la Internacional Socialista, al igual que el de la chilena Bachelet, y ha recibido el respaldo explícito de la organización durante la campaña, lo que supone el implícito de varios Gobiernos americanos y europeos, que contrasta con la imagen de aislamiento de su rival.
"Con Humala, Perú sería otro eslabón en el eje energético-ideológico La Habana-Caracas-La Paz. Si García gana, se espera su inserción en el mundo multilateral y con Estados Unidos", destaca Alejandro Corbacho, de la Universidad CEMA, quien advierte. "Otros países de la región están muy pendientes de este resultado".
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