Medio Ambiente obligará a poner contadores de agua en los pozos

El Ministerio de Medio Ambiente obligará a los pozos que hay en España a tener contadores del caudal que extraen. Así figura en el borrador de reforma de la Ley de Aguas que el ministerio presentará a las comunidades autónomas. Medio Ambiente descarta una amnistía para los centenares de miles de pozos abiertos sin permiso y ajustará el caudal que se extrae para que nunca sobrepase la cantidad de agua que entra en el acuífero.

La norma obliga a poner contadores en los pozos de aguas privadas para controlar el volumen de agua que sale de cada acuífero, un dato que hoy sólo se puede estimar. Además, obliga a los dueños de pozos a pertenecer a una comunidad de usuarios, que controlará que no se sobreexplote el agua subterránea. También obliga a clausurar los pozos que no se usen.

El director general del Agua, Jaime Palop, explicó ayer que las confederaciones hidrográficas tienen 174.000 peticiones pendientes de resolver para construir pozos, y que han resuelto 226.000. La mayoría de los expedientes pendientes corresponden a pozos que ya están funcionando, aunque la Administración no les haya contestado. Esto ha creado una situación insostenible en Almería, Murcia, Jaén y Ciudad Real, donde decenas de miles de agricultores riegan con agua subterránea y sin permiso, con lo que han sobreexplotados los acuíferos.

Palop declaró que "un pozo ilegal no puede existir", pero matizó que hay que estudiar qué ocurre con aquellos que pidieron autorización y nunca obtuvieron respuesta. El objetivo del ministerio -que en un documento de trabajo elaborado por sus asesores incluía una amnistía para los pozos existentes- es ver en cada acuífero la forma de que no se extraiga más agua de la que llega.

Palop señaló que en estos casos el ministerio contempla quitar o limitar concesiones y expropiar o comprar derechos, o el cambio de cultivos a plantas que consuman menos agua. Esa es la intención de Medio Ambiente para el Alto Guadiana, la comarca de Ciudad Real en la que la sobreexplotación del acuífero ha llegado incluso a secar el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel.