Rubalcaba admite que la oleada de asaltos ha hecho pasar "dos malas semanas" a Interior

"Hemos tenido dos malas semanas". Con esta frase, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, reconocía ayer públicamente en Barcelona la preocupación de la Administración por la oleada de asaltos violentos perpetrados por las bandas organizadas en Cataluña. El ministro presidió en la capital catalana la incorporación a sus nuevos destinos de 264 agentes de refuerzo de la Guardia Civil, para poco después celebrar una reunión extraordinaria con la consejera de Interior, Montserrat Tura; el delegado de Gobierno, Joan Rangel, y los mandos de las policías que actúan en Cataluña.

"Nos encontramos ante un hecho delictivo relativamente novedoso, el atraco con violencia, que en las últimas semanas se ha concentrado de manera singular en Cataluña", diagnosticó ayer el ministro del Interior en una rueda de prensa celebrada con la responsable de Interior catalana, Montserrat Tura, en el salón de actos del departamento, en Barcelona.

Rubalcaba recalcó que en la historia delictiva de España en los últimos años había muy pocos precedentes de lo que estaba acaeciendo en Cataluña, y aunque reconoció que se habían detectado casos similares en Alicante, Castilla-La Mancha y Madrid hace dos años, nunca habían llegado a estos límites.

El ministro aseguró que los mejores antídotos para luchar contra este fenómeno son dos: una coordinación especial, que refuerce la coordinación global de la policía, y la especialización para combatir estos nuevos tipos de delitos.

"Se esta trabajando codo con codo en las investigaciones y en los dispositivos territoriales, y esto dará sus resultados. Nunca como ahora habíamos tenido tanta gente trabajando en la prevención de los delitos", señalóla consejera de Interior. Los máximos responsables de seguridad trataron, sin embargo, de ser cautos en el momento de hacer pronósticos sobre el fin de estos violentos asaltos.

La conferencia de prensa fue precedida por una larga sesión de trabajo de los mandos políticos y policiales, en la que se estudió como punto prioritario la alarma social provocada por los asaltos.

Prueba de este desasosiego es que el consejo de alcaldes del Baix Camp (Tarragona), una de las comarcas que más padece la acción de las bandas de ladrones, aprobó el viernes una moción por unanimidad en la que se insta a Interior a tener una especial atención con los municipios rurales a la hora de repartir el contingente de refuerzo de los nuevos agentes de la Guardia Civil, informa Oriol Aymí. Localidades como Reus, Tarragona, Salou, Valls o Cambrils cuentan con un cuerpo de agentes locales que incluso han colaborado con la policía en la desarticulación de bandas mafiosas, y su constante presencia en las calles al menos intimida a los delincuentes.

Los 23 alcaldes de la comarca pidieron endurecer el código penal para los reincidentes y exigieron "medios materiales" al margen del aumento de plantilla. Fuentes municipales aseguran que la Guardia Civil ha ido de ayuntamiento en ayuntamiento solicitando donativos para adquirir ordenadores para el cuartel de Riudecols, que con sus seis agentes da servicio a 18 municipios rurales.

Por otra parte, mañana pasarán a disposición del juzgado de Gandesa los cinco presuntos ladrones de nacionalidad rumana detenidos el viernes y acusados de al menos 100 asaltos en Tarragona y Lleida.