Las cosas bien hechas

La BBC posee cinco orquestas, pero su buque insignia ha sido siempre la Sinfónica, que ha vivido una cierta zozobra desde que su hoy director laureado, sir Andrew Davis, decidió romper una unión larga y fructífera y marcharse a la Lyric Opera de Chicago. Tras él llegó el americano Leonard Slatkin y hoy su titular es el checo Jiri Belohlávec. Pero el entendimiento con Davis tiene algo muy especial de la pura naturalidad con que todo surge bajo su mando. La orquesta, en todo caso, está en buena forma y posee algunas individualidades de mucha categoría, como la pianista Elizabeth Burley -sensacional- y el flauta Daniel Pailthorpe.

Este concierto poseía el atractivo de un programa nada trillado, interesantísimo, provocador en el mejor sentido de la palabra. Se empezó con un interesante arreglo para orquesta del propio Davis de la Passacaglia y fuga en do menor de Bach y siguió el Concierto para violín y orquesta nº 2 de Szymanowski, una ocasión excelente para descubrir una música magnífica que estuvo soberbiamente servida por el griego Leonidas Kavakos.

La segunda parte fue una demostración de eso que llamaríamos hacer las cosas bien, dar el máximo de lo que se tiene y, como es mucho, alcanzar unos resultados muy notables. Estupendamente dichas las Danzas de Don Quijote, de Gerhard, con sabor, con cariño. Y una soberbia, impecable Sinfonía en tres movimientos, de Stravinski, a la que siguió, como propina, el cuarto de los Interludios Marinos de Peter Grimes, de Britten, en el que Davis demostró por qué es un maestro en ese repertorio.