Cataluña se sitúa a la cola de Europa en cuanto a gasto público en educación

Cataluña es la zona de la Unión Europea que invierte menos en educación. Un informe de la Fundación Jaume Bofill indica que el gasto público en educación representa el 2,8% del producto interior bruto, cuando la media española es del 4,4% y la europea, del 5,2%. El estudio también denuncia que el fracaso escolar en la red pública es mucho mayor que en los centros concertados. Concretamente, la diferencia es de 20 puntos. La red pública es la que asume la escolarización de los alumnos inmigrantes y los que provienen de familias con menos poder adquisitivo y nivel sociocultural.

El Pacto Nacional por la Educación, que era uno de los acuerdos estrella del Gobierno tripartito y que promovió el Departamento de Educación cuando estaba en manos de Esquerra Republicana de Catalunya, "se queda corto". Así lo denunció ayer Jordi Sánchez, de la Fundación Jaume Bofill, que lamentó que este pacto es "una gran declaración de intenciones", pero que su concreción no se verá hasta la próxima legislatura.

Entre los propósitos del Pacto Nacional por la Educación destaca la extensión de la sexta hora de clase en las escuelas públicas y acabar en seis años con las cuotas que pagan las familias a los centros concertados. Todos estos compromisos se llevarán a la práctica siempre y cuando un futuro Gobierno opte por hacerlo. La situación de ruptura del tripartito significa una auténtica parálisis de las políticas educativas en Cataluña, denunció ayer Sánchez. "La educación se ha convertido en la víctima de la coyuntura política", afirmó. Sánchez también lamentó que la disolución del tripartito haya suspendido la redacción de la nueva ley educativa, que era una de las bazas del primer Gobierno catalanista y de izquierdas.

Homologación lenta

Pese a las críticas hacia el tripartito, Sánchez recordó que éste ha conseguido "incrementar la plantilla de profesores en la escuela pública", ha elaborado un plan para construir escuelas y ha anunciado 30.000 plazas públicas en educación infantil. Estas medidas han logrado, agregó Sánchez, que durante los casi dos años y medio de gobierno del tripartito, la educación haya mejorado, pero "avanza con lentitud" la homologación con la media europea.

Así las cosas, Cataluña está a la cola de Europa en cuanto a gasto público en educación, que representa el 2,8% del PIB. La media de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es del 5,2%.

Este déficit de inversión pública en educación obliga a las familias a aumentar el gasto en este apartado. Las familias catalanas destinan el 1,4% de su presupuesto anual a educación, cuando la media estatal es del 1,13%. Únicamente dos comunidades autónomas superan a Cataluña: Madrid y el País Vasco, que son las que cuentan con los porcentajes más elevados de alumnos escolarizados en la escuela concertada.

El deficiente gasto público en educación también consagra las diferencias entre el perfil de los alumnos de la red educativa pública y la concertada, denuncia el informe. De este modo, la escuela pública corre el riesgo de convertirse en un gueto porque concentra a la mayoría de alumnos inmigrantes y los de familias con menos poder adquisitivo y nivel sociocultural. Así, el 84,4% de los alumnos inmigrantes van a los centros públicos.

También el fracaso escolar es mucho mayor en la red pública que en la privada concertada. Datos en mano: el 82,7% de los alumnos de 16 años logran graduarse en ESO en los centros concertados. En cambio, en la red pública este porcentaje se sitúa en el 64,9%. El porcentaje de alumnos que obtienen el título de bachillerato en el sector privado es 15 puntos superior al de los centros públicos.

También son los estudiantes de la red pública los que presentan más déficit formativos. Partiendo de las cifras que proporciona el informe PISA de 2003, casi una cuarta parte de los alumnos escolarizados en la red pública presentan déficit formativos en matemáticas. En cambio, en las escuelas privadas concertadas el porcentaje se reduce al 12,75%.

Las desigualdades entre ambas redes se acentúan en el acceso a la enseñanza posobligatoria: bachillerato y ciclos formativos. El 92% de los hijos de profesionales liberales siguen escolarizados a los 17 años, mientras que en el caso de los hijos de obreros el porcentaje desciende al 77%, y al 35% para los hijos de menos de 20 años de padres inmigrantes.

Para lograr acabar con esta dualización en la red educativa, el estudio propone, entre otras medidas, que se refuercen las competencias de los ayuntamientos en educación, ya que las oficinas municipales de escolarización son las encargadas de distribuir a los alumnos en los diferentes centros educativos. Otra de sus peticiones pasa por reemplazar los conciertos en los centros privados por contratos programa, como figuraba en el Pacto Nacional por la Educación.