Los sindicatos culpan del conflicto sanitario a los recortes del Gobierno

Las políticas presupuestarias restrictivas que ha venido aplicando el Gobierno vasco en los últimos años han supuesto la paulatina reducción del gasto sanitario. Esta es la génesis del actual conflicto que se vive en Osakidetza, según los sindicatos más críticos con la gestión del Departamento de Sanidad. La falta de recursos económicos ha producido la aparición de deficiencias en los servicios asisteciales y el deterioro de las condiciones de trabajo.

Los sindicatos pasaron durante toda la jornada de ayer por la Comisión de Sanidad del Parlamento para exponer su visión del conflictivo momento que vive el sistema público en Euskadi. Este mes se ha saldado con dos huelgas generales convocadas por las dos centrales más representativas y la advertencia de seguir con las movilizaciones ante lo que consideran falta de respuestas concretas por parte de la dirección de Osakidetza. ELA y el Sindicato de Enfermería (SATSE), unidos en la plataforma que está sosteniendo el conflicto, coincidieron en que las políticas presupuestarias restrictivas del Gobierno le están pasando factura a la sanidad y criticaron con dureza la gestión del consejero de Sanidad, Gabriel Inclán.

ELA, sindicato mayoritario con el 40% de la representación, recordó que el Gobierno terminó con superávit el año 2004 y, sin embargo, el porcentaje del producto interior bruto (PIB) dedicado a la sanidad ha descendido del 4,5 al 4,2% entre 1995 y 2005. En términos monetarios, significa que en 2005 se gastaron 172,5 millones de euros menos que en 1995 en el sector. La portavoz de ELA, Izaskun Garikano, advirtió de que en 2006 la situación sigue empeorando. "Para mantener el porcentaje de inversión de 2005, que ya era insuficiente, se tenía que haber dedicado a sanidad 78,5 millones de euros más de los fijados en los presupuestos".

Estos recortes han provocado, según Garikano, deficiencias que afectan al sistema, como escasez de camas hospitalarias, atención primaria mal dotada, masificación de la asistencia y escasez de plantillas. A esto hay que unir el deterioro de las condiciones laborales. Todo se resume en: "mala gestión y falta de inversión que han desincentivado al personal".

Desde el SATSE, Encarnación de la Maza, reclamó "una urgente ampliación de plantilla" que ataje la sobrecarga asistencial a la que tienen que hacer frente los trabajadores. "Este Gobierno se está cargando la sanidad", denunció. Por su parte, el presidente del Sindicato Médico, Kepa Urigoitia, se quejó de que se está aplicando una "política de ahorro y no de eficiencia". Ante esta situación de sobrecarga, los sindicatos insistieron en que la oferta pública de empleo (OPE) de 4.500 plazas que prepara Osakidetza es insuficiente e indicaron que tiene que ser de 8.000 para estabilizar la plantilla y crear empleo.

Osakidetza ha anunciado una nueva ronda de contactos bilaterales con todas las centrales para concretar su nueva oferta en la próxima mesa sectorial.