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La ordenanza del 'botellón' de Bilbao prevé sanciones si causa molestias a los vecinos

La normativa, aprobada ayer, elimina la penalización sólo por el consumo de alcohol

La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Bilbao aprobó ayer la ordenanza del botellón, que entrará en vigor en octubre y penalizará las molestias causadas a vecinos por encima del consumo de alcohol. La normativa, que deberá ser ratificada por el pleno municipal en junio y luego recibir alegaciones, contempla multas de hasta 3.000 euros, pero prevé también cumplir las sanciones con trabajos comunitarios o cursos de prevención. La ordenanza se aplicará en los espacios públicos y deja en los policías locales la determinación de si se producen molestias o no.

El texto ha sufrido algunas modificaciones respecto al documento original elaborado por el equipo de gobierno hace dos meses. La principal es que elimina la cantidad de personas concentradas para determinar si existe botellón: antes se había fijado en 20 o más personas y ahora se opta por la expresión "un número significativo de personas", lo que deja más abierta la interpretación de esta práctica.

También matiza la pretensión de penalizar principalmente el consumo de alcohol, para primar otras cuestiones, como las molestias a los vecinos o la presencia e menores. La ordenanza define como botellón una concentración que provoque molestias a los vecinos por el ruido o la suciedad, se desarrolle en zonas con presencia de menores o se ocupe un espacio público. El nuevo enunciado permitiría el botellón en zonas como la de la Feria de Muestras, donde se suele desarrollar sin que haya quejas, o en áreas periféricas de la ciudad. De la misma forma, se podrá sancionar a personas que estén consumiendo una bebida adquirida en un local de hostelería y que causan ruidos, ocupan espacios públicos o afectan a menores, según explicaron fuentes municipales.

El contenido de la normativa deja la consideración del botellón en manos de los agentes de la Policía local que estén encargados de este cometido. El área de Seguridad Ciudadana deberá elaborar los protocolos de actuación y delimitar cuándo se infringe la ordenanza.

Ezker Batua, uno de los socios de gobierno en Bilbao junto a EA y el PNV, destacó ayer los cambios introducidos por su formación. "No es una ordenanza que penaliza el consumo, sino que estará destinada a impedir las molestias a los demás", dijo su portavoz y concejal de Urbanismo, Julia Madrazo. Afirmó que la norma incorpora dos enmiendas de su formación para eliminar el cupo de 20 personas para considerar una concentración como botellón y que "no se convierta en una ordenanza recaudatoria".

Trabajos comunitarios

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El proyecto prevé que el dinero obtenido con las sanciones no vaya a las arcas municipales, sino que se destine íntegramente a programas de ocio para los jóvenes. Además, se ofrece la posibilidad de cumplir la sanción mediante trabajos comunitarios o la realización de cursos de prevención del consumo de alcohol.

Los incumplimientos en sanciones leves, graves y muy graves, aunque el texto no delimita cómo se determina cada una de estas infracciones. En el primer caso, las multas pueden alcanzar los 750 euros; las graves, entre esta cantidad y los 1.500; y las muy graves pueden llegar a los 3.000 euros.

El gobierno local espera que el pleno municipal de junio apruebe provisionalmente la ordenanza, que luego deberá ser sometida al periodo de alegaciones, antes de ser ratificada de manera definitiva por el pleno. Se prevé que la normativa entre en vigor en octubre. Ésta será la primera norma que regule la práctica del botellón en el País Vasco. Las otras dos capitales, San Sebastián y Vitoria, no han previsto hasta ahora algún tipo de ordenanza. La capital alavesa prohíbe el consumo de alcohol en la calle.

La elaboración de la normativa en Bilbao, apoyada por la mayoría de los partidos, surgió a raíz de la convocatoria de un macrobotellón el pasado 31 de marzo en el parque Etxebarria. El vallado del recinto y un amplio despliegue policial evitaron finalmente la reunión.

Pero aquella cita sirvió para que todos los grupos municipales anunciaran una respuesta unitaria en contra de una práctica "en la que el equilibrio entre el derecho a divertirse y el derecho a poder vivir tranquilo es más difícil de conseguir". Los partidos destacaron que este fenómeno provoca "ruidos, suciedad y conflictividad". "Es difícil explicarse el divertimento basado únicamente en el consumo de alcohol", subrayaron en el comunicado conjunto firmado por el equipo de gobierno de Iñaki Azkuna (PNV-EA-EB) y la oposición (PP y PSE).

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