Los proyectos de tres plantas concentrarán el 28% de los residuos tóxicos en Castellón

En España hay ocho plantas de residuos tóxicos y peligrosos. Si la Consejería de Territorio aprueba los proyectos presentados para Castellón, esta provincia pasará a tener tres plantas en un radio de 50 kilómetros, convirtiéndose en destino del 28% de los residuos tóxicos y peligrosos que se traten en todo el país. Estas previsiones han puesto en alerta a los vecinos de los tres municipios en los que se pretenden instalar las plantas: Fanzara, Les Coves de Vinromà y La Salzadella. Entre los tres pueblos apenas suman los 3.000 habitantes, pero ya han reunido 7.000 firmas.

Las tres poblaciones, gobernadas por el PP, han previsto la ubicación de las plantas en puntos más cercanos a municipios vecinos, por lo que la preocupación se extiende a otras localidades. En el caso de Fanzara, a un kilómetro de urbanizaciones de Onda (PSPV); en el de Les Coves, a cuatro kilómetros de Torreblanca (Bloc); y en La Salzadella, a sólo dos kilómetros de Tírig (PSPV).

Después de que los vecinos se enteraran por casualidad de los proyectos comenzaron a organizarse hasta crear dos plataformas. No entienden cómo el Consell impulsó un pacto entre partidos para los residuos sólidos y urbanos y obvió el tratamiento de los tóxicos y peligrosos que ahora les imponen en sus municipios. "Nosotros no nos oponemos a la construcción de la planta, sería como oponerse al progreso. Pero debería instalarse en una zona degradada y no en un pinar maduro sobre una acuífero que abastece a La Plana y sobre el que habrá un grave riesgo de contaminación", alega la portavoz de la plataforma en Fanzara, Ana Gascó.

Un total de 77.000 metros cuadrados de vertedero para Fanzara, además de la planta; otros 200.000 metros cuadrados de vertedero para Les Coves y una capacidad de tratamiento de 35.000 toneladas al año de residuos tóxicos en La Salzadella, son los datos de las plataformas, a las que en algunos casos les ha sido denegado en acceso a los proyectos por cuestiones formales.

Aunque el punto de tramitación es distinto para cada una de las plantas, todas las miradas están puestas en el consejero de Territorio, Rafael Blasco. En el caso de Fanzara, de la consejería depende la aprobación de la modificación del plan general urbano necesaria para ubicar una planta de residuos tóxicos. Además, la empresa que presentó la propuesta, Ecocat, ha solicitado ya la autorización ambiental integrada que, igualmente, depende de Blasco. En Les Coves se presentó un PAI para un polígono industrial en el que Geimesa quiere construir su planta. Aún no ha solicitado la autorizado ambiental. En La Salzadella, el proceso está más avanzado, ya que el Ayuntamiento logró una declaración de interés comunitario para el proyecto y la empresa Gabeljín tiene muy adelantada la tramitación de la autorización ambiental integrada.