EE UU autorizará la primera vacuna preventiva contra el cáncer de útero
El tumor causa 300.000 muertes al año y es el segundo más frecuente entre las mujeres
El comité de expertos de la Agencia del Medicamento de EE UU (FDA) aprobó ayer por unanimidad la primera vacuna contra el cáncer de cuello de útero, el segundo más frecuente entre las mujeres. La vacuna previene la transmisión del virus del papiloma humano, que causa más del 70% de estos cánceres. Con el visto bueno de los expertos, la vacuna tiene asegurada su aprobación para la venta en EE UU el 8 de junio y se espera que a fin de año llegue a Europa. Los cánceres genitales son los segundos en mortalidad femenina en España (4.000 muertes al año), sólo por detrás del de mama.
Hace 15 años que los científicos estaban detrás de la vacuna contra el virus del papiloma humano, sobre todo desde que se demostró que era la causa de la mayoría de los cánceres de cuello de útero y otras lesiones precancerosas, como las de vulva y vagina. Esta relación causa-efecto ha permitido al consorcio formado por Merck Sharpe & Dohme (MSD) -el fabricante- y Sanofi-Aventis -que lo comercializará- afirmar que se trata de la primera vacuna contra un cáncer (aunque, en verdad, lo es contra el virus que causa el cáncer).
La aprobación de la vacuna llega tras un ensayo con más de 27.000 mujeres de 33 países, entre ellos España. El resultado ha sido una prevención casi del 100% en los cánceres de cuello del útero, y una reducción de otros relacionados, según el oncólogo del hospital Clínico de Madrid, Antonio Casado. "Estoy muy contento por este descubrimiento, que permitirá combatir un cáncer que es el segundo causante de muerte entre las mujeres, por detrás del cáncer de mama", dijo Casado.
En el mundo mueren entre 300.000 y 400.000 mujeres al año por este cáncer. Ello quiere decir que en Europa mueren 40 mujeres al día por esta causa. Y eso que en los países desarrollados, la prevención está más avanzada. Los controles de Papanicolau que se hacen en las citologías sirven precisamente para encontrar las lesiones precancerosas.
Pruebas generalizadas
España, donde estas pruebas están generalizadas, ocupa el antepenúltimo lugar en incidencia del cáncer, según Antonio Sevilla, del laboratorio especializado en diagnósticos genéticos Genómica (filial de Zeltia). Sólo Finlandia y Holanda tienen un porcentaje de población infectada inferior.
Pese a ello, los cánceres genitales son la tercera causa de muerte de mujeres en Europa, sólo por detrás del de mama, que causa casi 6.000 fallecimientos en España y es diagnosticado a 1,2 millones de mujeres al año en el mundo. El tercer lugar lo ocupan los tumores malignos relacionados con el consumo de tabaco (pulmón, tráquea y bronquios), con 2.400 muertes entre las mujeres españolas en 2004, según el Instituto Nacional de Estadística.
La evolución de estos tres tumores y sus efectos es una muestra del valor de las campañas de prevención. Desde 1999, los fallecimientos por cáncer de mama y los del aparato genital han aumentado alrededor del 2%, mientras que la población femenina lo ha hecho casi un 7% en ese periodo. En cambio, los fallecimientos relacionados con el consumo del tabaco han aumentado un 36% en el mismo periodo (véase gráfico).
En total, se calcula que un 70% de la población está infectado por el virus del papiloma humano (VPH), pero ello no quiere decir que todas vayan a desarrollar una enfermedad. Pero que una persona no tenga síntomas no quiere decir que no pueda infectar a otras. La transmisión del virus se realiza de madre a hijo, durante el embarazo, y, sobre todo, durante las relaciones sexuales.
El hombre, que también puede sufrir cáncer de pene o de recto por el virus del papiloma, es en la mayoría de los casos el vector de transmisión. Por eso, Casado y otros expertos consideran que la vacunación debe realizarse en las chicas antes de que empiecen a mantener relaciones sexuales.
Tipos 'occidentales'
En el mundo existen alrededor de 200 clases de virus del papiloma humano, de los que unas 40 o 50 son cancerígenas. La vacuna se ha ensayado para combatir cuatro de estos tipos, los llamados 6, 11, 16 y 18. Los dos últimos son los más frecuentes, y los que tienden con más facilidad a producir un cáncer, explica Casado. El 6 y el 11 están más relacionados con las verrugas genitales, una lesión que, en principio, no reviste gravedad, pero que puede complicarse hasta llegar al cáncer. "Es normal que se haya investigado primero con esos tipos de virus, porque son los más habituales en Europa y Estados Unidos, que es de donde son los laboratorios que han desarrollado la vacuna", indica Casado.
Pero el oncólogo, quien es especialista en enfermedades de población extranjera, apunta que esta vacuna es sólo un primer paso. "Lo importante es que ya está a punto la tecnología. Ahora habrá que adaptarla a los tipos de virus más frecuentes en otros países, que es donde de verdad hace falta", opina Casado.
La vacuna, que se comercializará con el nombre de Gardasil, es la primera que saldrá al mercado para combatir el virus del papiloma, pero otros laboratorios, como Glaxo SmithKline, están preparando sus propias moléculas. "Su efecto protector es tan importante que el proceso de autorización será rápido", opina una portavoz de MSD en España.
Existen otros cánceres causados por un virus, como el sarcoma de Kaposi (un tipo de tumor, principalmente dermatológico, que se da en personas con las defensas muy bajas), pero de momento no hay vacuna para ellos.
Un huésped peligroso
Los científicos han descrito, de momento, hasta 200 tipos del virus del papiloma humano. Viven latentes, ocultos en los seres humanos, esperando una señal que los hagan aparecer. La mayoría (unos 150) lo hacen en forma benigna: verrugas, lesiones cutáneas. Pero hay un grupo más reducido que puede ser el desencadenante de un cáncer.
La vacuna presentada ayer evita la transmisión del virus, y también que éste salga de su latencia. Está formada por partes del virus, lo que impide que cause una infección a la vez que permite que el sistema inmunológico aprenda a identificarlo. De esta manera, cuando el virus se activa o, mejor aún, si llega del exterior, es capaz de descubrirlo a tiempo, y destruirlo.
Con la vacuna no se podrá tratar los casos en que el cáncer ya haya aparecido. En contra de otros modelos que se están ensayando (las llamadas vacunas terapéuticas, que actúan activando las defensas cuando el tumor ya está presente) se trata de un mecanismo de pura prevención, como las vacunas tradicionales de la gripe o el sarampión.
Pero este descubrimiento no es el único arma disponible. El diagnóstico precoz y la identificación del tipo de virus son fundamentales para controlarlo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.