El Gobierno pide apoyo a la UE ante la llegada masiva de 'sin papeles' a Canarias

El Consejo de Ministros decidió ayer pedir apoyo logístico a la Unión Europea, que se materializará en un despliegue de medios marítimos y aéreos, para controlar y frenar la llegada masiva de inmigrantes indocumentados a las costas españolas, particularmente en Canarias. Lo anunció la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, tras la sesión del Ejecutivo. De la Vega se desplazará a Bruselas la próxima semana para entrevistarse con distintos comisarios europeos y con el presidente de la Comisión para intentar acelerar las medidas que ya están puestas en marcha.

El Gobierno materializará su petición ante la Agencia Europea de Control de Fronteras (Frontex), a la que reclamará la puesta en marcha en Canarias de una delegación sobre seguridad y control de fronteras. La vicepresidenta calcula que en julio ya estará actuando una red de patrulleras, y dentro de unos meses se establecerá un sistema de vigilancia electrónica en la frontera sur. Asimismo, De la Vega anunció que a comienzos de junio, una delegación del Parlamento Europeo visitará Fuerteventura y Tenerife. "Es evidente que quienes llegan a España llegan también a Europa. Tenemos, por tanto, el empeño desde hace mucho tiempo en que nuestros socios de la Unión Europea asuman con nosotros el problema", afirmó.

La vicepresidenta primera reafirmó que los ejes de la política migratoria del Gobierno se basan en "más seguridad y control en la vigilancia, más cooperación diplomática, más ayuda humanitaria y más Europa". Aseguró que este año ya se han desarticulado 172 redes que trafican con personas, un 32,3% más que en 2005.

Ayer, un día después del mayor desembarco de inmigrantes indocumentados que se recuerda en Canarias (648, a los que ayer se sumaron 84 de un cayuco que llegó al puerto de Los Cristianos), los centros de internamiento del archipiélago se encontraban desbordados. Albergan ya a 3.453 subsaharianos. Sólo en los sótanos de la comisaría de Arona, al sur de Tenerife, se hacinaban por la mañana 782 personas. Para aliviar la presión que soporta esta isla, el Ministerio del Interior ha abierto un campamento provisional en el cuartel militar de La Isleta, en Gran Canaria, adonde han sido trasladados 600 inmigrantes. Además, cerca de 400 han sido derivados a la Península en los últimos 10 días.

La situación más apurada se vivía en los sótanos de la comisaría del sur de Tenerife. Los agentes, que arrastran sueño atrasado desde hace semanas, se esforzaban en hacer lo menos gravosa posible la situación de los internos. Contrataron con un restaurante de la zona el suministro de miles de botellas de agua, bocadillos y bollos e instalaron cinco aseos portátiles que, sumados a los tres existentes en los calabozos, suponían una media de un retrete para cada cien subsaharianos. Éstos, un total de 782, se hallaban tumbados en colchonetas extendidas en el suelo. El olor de sus cuerpos y el murmullo de sus conversaciones llegaban hasta la calle.

La ley estipula que los inmigrantes no pueden permanecer más de 72 horas en comisaría, y ese plazo se está cumpliendo escrupulosamente, según certifica el comisario Luis Carrión. Este funcionario de 46 años se incorporó a su puesto hace cuatro meses, justo el día en que arribó a la isla el primer cayuco del año. El agotamiento que refleja en el rostro no merma su constante actividad, del puerto a la comisaría y de la comisaría al puerto. En la mano sostiene un teléfono móvil que califica como "el más caliente de las islas", pues a través de él coordina todos los dispositivos de emergencia.

Carrión explica el atasco que soporta su comisaría: "Todos los inmigrantes deben esperar la autorización judicial para ser trasladados a los centros de internamiento. Y los jueces también están sobrecargados de trabajo". En efecto, en los juzgados de Arona se hacinaban otros 133 inmigrantes.

Con el fin de aliviar esa situación y al mismo tiempo despejar la comisaría para acoger a los subsaharianos que puedan llegar en las próximas horas, las autoridades planificaron el traslado de los retenidos en el sur de Tenerife hasta el cuartel de Las Raíces, en La Laguna, al norte de la isla. Eso hizo necesario desalojar a la mayoría de los que se hallaban en el acuartelamiento. 600 fueron trasladados en una caravana de nueve autobuses al puerto de Santa Cruz y embarcados en un transbordador de la compañía Fred Olsen, rumbo a Gran Canaria. Allí fueron internados en el cuartel de La Isleta.

Cruz Roja ha puesto en marcha un dispositivo de asistencia sanitaria a los recluidos en los cuarteles de La Isleta y Las Raíces. Ante la situación de emergencia que vive el archipiélago, la organización humanitaria ha realizado un pedido de 9.200 bolsas con las y objetos de primera necesidad. Nadie cree que vayan a estar mucho tiempo almacenados.