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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Residuos radiactivos

El principal coste indirecto de las centrales eléctricas nucleares es el almacenamiento rápido y seguro de los residuos radiactivos. A pesar de que la electricidad de origen atómico cuenta ya con varias décadas de historia, el problema de los residuos se ha arrastrado como un fantasma incómodo debido a las intensas controversias técnicas sobre si el almacenamiento debe guardarse a gran profundidad o si, por el contrario, resulta más cómodo y prudente disponer de silos en superficie, estrecha y continuamente controlados, a los que pueda accederse con rapidez.

El Gobierno ha optado por la segunda solución, el llamado Almacén Temporal Centralizado, que supone construir un gran complejo de almacenamiento en superficie, incluyendo un laboratorio de investigación para explorar las tecnologías que en el futuro puedan permitir la transmutación de los residuos que proceden de generadores nucleares en productos menos dañinos. En principio, pocas objeciones pueden ponerse al proyecto, puesto que es un modelo comprobado en otros países y estará sometido a la vigilancia del Consejo de Seguridad Nuclear. Sin mencionar, por supuesto, las ventajas logísticas y económicas comparadas del almacenamiento en superficie, ya que no es fácil hallar yacimientos profundos que cumplan con los requisitos geológicos adecuados para sellar la radiactividad depositada.

Pero las dificultades políticas de un almacenamiento en superficie saltan a la vista. Los ciudadanos recelan de la energía nuclear, y más aún de los residuos. El Gobierno ha optado por una estrategia que combina el estímulo a la iniciativa municipal, mediante el ofrecimiento de inversiones al Ayuntamiento en el que finalmente se construya el almacén, con un proceso transparente y cauteloso de selección y valoración de las condiciones que tienen las localidades que opten voluntariamente a constituirse en la sede. Un real decreto detallará las normas que deben aplicarse para elegir el emplazamiento; una comisión interministerial y una de expertos examinarán la idoneidad de las candidaturas que se presenten. Sólo queda por atender que en la práctica se cumpla con rigor el procedimiento. La sospecha de irregularidades, presiones o enfrentamientos políticos contribuiría a reducir la confianza en la energía nuclear.

No debe olvidarse que el procedimiento político y administrativo para construir el almacén temporal contribuirá, si se hace bien, a disipar las dudas de los españoles sobre la generación nuclear. La negociación ordenada con los ayuntamientos, la discusión de sus problemas, la oportunidad de inversiones y la confirmación de las seguridades técnicas del proyecto tendrá el valor pedagógico de acercar al debate público una energía que se considera lejana y peligrosa.

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