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Óscar Domínguez rompe su leyenda en París

Una exposición en el Instituto Cervantes conmemora el centenario del creador surrealista canario

Casi cincuenta años después de que su deformado y gigantesco cuerpo fuera enterrado en el cementerio del Montparnasse acompañado de centenares de pintores, poetas, músicos, prostitutas, barrenderos, pero ningún director de museo, el pintor surrealista Óscar Domínguez resucita en París. Se conmemora así el centenario del nacimiento del autor de La máquina de coser electrosexual, El piano y Cueva de guanches. Hoy, autoridades canarias y artistas harán una entrega de flores en su tumba e inaugurarán una modesta exposición de 18 de sus obras en el salón de los espejos de la sede francesa del Instituto Cervantes (titulada Óscar Domínguez, el surrealismo volcánico), donde se recuerda al creador.

Siempre mantuvo contacto con la tierra natal, cuyas referencias reflejó en su pintura
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Estos dos actos conforman una apretada agenda organizada por el Gobierno de Canarias para romper la leyenda negra del gran artista olvidado, que también dará su nombre al Instituto de Arte y Cultura Contemporánea que actualmente se construye en Santa Cruz de Tenerife, según el proyecto diseñado por Herzog & De Meuron.

Junto a este homenaje en París, en las islas están previstas decenas de actividades hasta el 7 de enero, como un seminario sobre el surrealismo con expertos que lo conocieron y lo han estudiado, la reedición de varios libros sobre su figura, varias exposiciones de fotografías familiares, de sus obras y de sus muchos inventos inútiles (o "cachivaches" como los definió su coetáneo Domingo Pérez Minik, periodista e intelectual de la facción surrealista de Tenerife) y el estreno de una coproducción hispano-franco-norteamericana, un thriller sobre marchantes inspirado en su obra.

Dos años más joven que Dalí, Óscar Domínguez Palazón nació el 9 de enero de 1906 en el número 60 de la calle de Herradores del húmedo municipio de La Laguna (en la isla canaria de Tenerife). Sobre él pesó desde chico una extraña promesa que su madre hizo jurar a su padre, antes de morir: "Óscar no podrá llorar jamás". Tras el suceso, el padre y sus tres hijos se trasladan a Tacoronte, bajo los cuidados de la abuela Federica, según recuerda el historiador canario Gilberto Alemán. Mimado y malcriado, con 20 años realiza su primera obra, Autorretrato con pipa. Dos años después, su padre, Antonio -un terrateniente con grandes extensiones agrícolas-, lo envía a casa de su hermana Tony y su marido, el pintor Álvaro Fariña, en París para responsabilizarlo de la comercialización de la fruta cultivada en la isla, aunque tiene que regresar en 1928 para cumplir el servicio militar. Un año después regresa al loco París, ya la capital europea de la cultura, la juerga, la bohemia. En 1931 murió su padre y tiene que buscar recursos por sí mismo hasta diseñar uno de los primeros logotipos promocionales de su isla natal. En esa época, trabajos como Sueños y, unos años después, Souvenir de París ya están a medio camino entre el desenfado dadaísta y los trabajos de Dalí, Magritte y Max Ernst.

Domínguez siempre mantuvo contacto con su tierra natal y en sus pinturas son frecuentes las referencias a volcanes, grutas y vegetación de las islas. Con motivo de sus exposiciones de 1933 en Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, Agustín Espinosa escribe: "Sueños de tortura y pesadillas se desperezan en sus lienzos... Lo surreal sacude los raíles de su tren en marcha". La amiga pianista polaca que lo acompaña en este viaje al archipiélago se convierte en el personaje de algunas de sus obras más célebres, como Retrato de Roma, El piano o Paisaje de Canarias. De esta época es también su Máquina de coser electrosexual. Con una imaginación y creatividad sin límites, en 1935 da a conocer la decalcomanía (precedente de la calcomanía actual, consistente en introducir gouache negro líquido entre dos superficies presionándolas de modo incontrolado), una técnica que adoptaron rápidamente los surrealistas y tanto influyó posteriormente en la pintura expresionista abstracta. El conservador francés Emmanuel Guigon recuerda cómo llevó al café sus primeros ensayos de decalcomanía. "El entusiasmo fue inmediato. Todos los miembros del grupo tuvieron la sensación de encontrarse ante uno de esos descubrimientos que han hecho historia... Las imágenes de Domínguez rivalizaban con todo lo que de fantástico tienen los objetos naturales".

El grupo al que se refiere Guigon estaba integrado, entre otros, por André Breton, Benjamín Peret, Marcel Jean, Georges Hugnet y su íntimo amigo Paul Éluard. Comienza aquí su mayor etapa creativa con lienzos como Le dimanche o Cueva de guanches (expuesta en el Museo Reina Sofía) y una serie de objetos imposibles, sugerentes y libidinosos, en la línea de la famosa pipa, paisajes y hombres trajeados de René Magritte. No faltan en su imaginario latas de conserva, imperdibles, revólveres, flechas, leones y toros.

Tras el 18 de julio de 1936, sus amigos canarios a los que tanto acercó al surrealismo Agustín Espinosa, Felo Monzón, Juan Rodríguez Doreste, Pedro García Cabrera, Matías López, Domingo López Torres y Luis Ortiz son detenidos, fusilados o asesinados por el régimen franquista. Escapan Eduardo Westerdahl por su pasaporte sueco y Domínguez, que, con documentación falsa, logra embarcar en un barco de fruta y escapar a París. Allí retoma sus objetos dotados de un fino sentido del humor, como la carretilla convertida en sillón rojo (inmortalizada por Man Ray) o el gramófono mudo, cuyo plato gira sobre una mano extendida mientras dos piernas culminadas con tacones de aguja se introducen en la boca del altavoz.

En 1939, Óscar Domínguez comienza su etapa cósmica con Paisaje abisal. Junto a Ernesto Sábato elabora la Teoría de la petrificación del tiempo e introduce en su obra formas cristalizadas y estructuras de redes angulosas. También estrecha su relación con Picasso y hace patente la obsesión de su enfermedad, una acromegalia que lo iría deformando físicamente en los últimos años. "El célebre doctor Alajouanine, al ver sus cuadros, tuvo la certeza, confirmada luego por una radiografía, de la existencia de un tumor, que producía en Domínguez exageraciones anatómicas", recordaría Westerdahl.

Cuando los nazis invadieron Francia, Domínguez se refugió en Marsella, aunque regresa a París un año después para pintar esta vez bajo la influencia de Giorgio de Chirico y, sobre todo, de Picasso, como reflejan El mapamundi, Toro moribundo y El revólver. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, Alemania y en especial Checoslovaquia rinden numerosos homenajes a la obra del canario, pero en 1953 ya advierte su trágico final: "Este año ha sido una cosa terrible, he perdido más de 10 amigos que quería profundamente". La Nochevieja de 1957, le dragonnier des Canaries, como le conocían sus íntimos, acudió a la fiesta que daba su amiga la vizcondesa de Noaffles. Dando tumbos, totalmente borracho, se mete en un baño y se corta las venas.

Óscar Domínguez
Óscar Domínguez
La obra <i>Le Dimanche</i>.
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