El primer país que privatizó gas y electricidad

El Reino Unido fue el primer gran país europeo que privatizó los mercados de suministro de gas (a mediados de los años ochenta) y electricidad (principios de los noventa) y el que con más persistencia ha abierto después los antiguos monopolios a la competencia. Según las cifras publicadas en febrero pasado por el regulador británico Ofgem (siglas inglesas de Oficina de los Mercados de Gas y Electricidad), el antiguo monopolio gasista, British Gas, que en 1996 aún mantenía el 100% del mercado doméstico, en abril de 2005 sólo tenía el 53%.

Las empresas que tenían el monopolio eléctrico (dividido en mercados regionales) cayeron del 100% en enero de 1999 a menos del 60% en abril del año pasado. En algunos mercados regionales, los nuevos suministradores dominan ya más de la mitad del mercado de consumo doméstico.

El sector gasista doméstico (sin considerar el consumo industrial) se lo reparten British Gas (53%), Powergen (14%), Scottish and Southern Energy (SSE) (10%), Npower (9%), Scottish Power (9%) y EDF Energy (5%). El mercado eléctrico está dominado por British Gas (22%), Powergen (20%), SSE (16%), Npower (15%), EDF Energy (13%), Scottish Power (13%) y otros (1%).

Más de 300.000 consumidores domésticos de gas y más de 350.000 de electricidad abandonan cada mes a las compañías de los antiguos monopolios para beneficiarse de ofertas a mejor precio de los nuevos distribuidores.

Coherente con su férrea defensa de mercados energéticos abiertos a la competencia, el primer ministro, Tony Blair, ha dado garantías de que no vetará una hipotética entrada en el mercado británico de la rusa Gazprom, interesada en la compra de Centrica, la compañía propietaria de British Gas. Blair ha tenido que salir al paso de las informaciones publicadas de que los responsables ministeriales de la energía se preparaban para impedir la entrada de Gazprom invocando razones de garantía del suministro a largo plazo, lo que provocó una respuesta airada por parte rusa.