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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

A la dignidad por el balón

He aquí un producto hecho desde la modestia, sin otra pretensión que, como querría cualquier buen documental, rasgar el velo que impide socialmente ver un problema que, por distante que parezca (en realidad, lo que se cuenta ocurre en Guatemala), bien podría pasar aquí al lado; y que, tras la apariencia de un conflicto simple, esconde no obstante una hermosa lección de vida. Escrita por un periodista-viajero, Chema Rodríguez, que es también el guionista de otro documental reciente, La gran final, habla, como éste, de la fascinación por un balón de fútbol. Pero su lección es otra: porque de lo que realmente va es de una lucha por la dignidad de un grupo de seres humanos.

Lo de menos es que sean prostitutas. Porque podrían ser cualquier otra cosa que no admita una fácil aceptación social por la mayoría, y el resultado no distaría mucho del que aquí se logra. Dispuestas a ser reconocidas, a hacerse visibles para el resto de sus conciudadanos, un grupo de prostitutas que trabajan junto a la vía del tren que lleva a la capital del país deciden fundar... un club de fútbol para dar a conocer mediáticamente su causa. Y el éxito las acompaña: la cámara de Rodríguez, que se centra, como resulta casi inevitable en un documental de estas características, sobre todo en tres de ellas, Vilma, Valeria y Kimberly, las sigue y da cuenta de un conflicto que de pronto incendia las "buenas conciencias" del país y obliga a todo hijo de vecino a posicionarse sobre qué es hoy mismo la prostitución, y a preguntarse quiénes son, en realidad, las mujeres que la ejercen.

ESTRELLAS DE LA LÍNEA

Dirección: Chema Rodríguez. Intérpretes: Valeria, Mercy, Marina, Carol, Kimberly, Kim, China. Género: documental sociológico, España, 2006. Duración: 90 minutos.

Más información
Las 'estrellas' no pueden brillar en La Línea de Guatemala

Es sencilla, que no simple, y por momentos llega incluso a emocionar; es un material artístico más para emplear en un debate que lleva ya mucho tiempo, pero que parece condenado a aparecer, una y otra vez, hasta que no se legalice la mal llamada más vieja profesión del mundo.

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