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ASTRONOMÍA | Sistema Solar

Un cometa que se está deshaciendo pasa a unos 10 millones de kilómetros de la Tierra

Un cometa que lleva unos años deshaciéndose en trozos se está acercando al Sol, y está a punto de pasar por el punto de máxima aproximación a la Tierra. Uno de los fragmentos, el C, estará mañana a poco menos de 12 millones de kilómetros del planeta y el domingo el trozo B se acercará hasta unos 10 millones de kilómetros. No hay ningún riesgo de colisión: esos minicometas pasan a unas 26 veces la distancia que separa la Tierra de la Luna. Los astrónomos están siguiendo al detalle desde hace meses este cometa, el 73P/Schwassmann-Wachmann 3 (SW 3) o, más bien, el enjambre de fragmentos que queda de él.

Los mejores telescopios internacionales están pendientes del fenómeno, aunque se conocen ya unos 30 casos de cometas fracturados. El más famoso es el Shoemaker Levy 9, que se partió al acercarse a Júpiter en 1992 en 21 trozos que, dos años después, formando como un collar de perlas, se precipitaron en la atmósfera del planeta gigante.

SW3 tiene una curiosa historia astronómica desde que fue descubierto, en 1930, con apariciones y desapariciones, aumentos del brillo repentinos y fragmentación. Arnold Schwassmann y Arthur Arno Wachmann descubrieron el cometa en mayo de 1930, en una placa fotográfica obtenida con un telescopio en Alemania. Luego no volvió a verse en casi medio siglo, cuando pudo identificarse en una fotografía realizada desde Australia, en 1979. Pero en 1984, su siguiente paso por las cercanías del Sol, tampoco se vio. El próximo 6 de junio el cometa pasará de nuevo por su perihelio, el máximo acercamiento a la estrella.

SW 3 sigue una órbita muy elíptica que cubre en algo más de cinco años alejándose del Sol hasta la distancia de Júpiter. En 1995, el cometa volvió a sorprender a los observadores, con un brillo inesperado, unas mil veces superior al normal, que se apreció al llegar a las proximidades de la Tierra. Después se vio que el núcleo de SW3 se había partido en al menos, tres trozos; otros dos fragmentos se descubrieron después, informa el Observatorio Europeo Austral (ESO). En la siguiente aproximación al centro del Sistema Solar, en 2001, sólo se vieron tres de los cinco fragmentos. La destrucción ha continuado, los trozos siguen rompiéndose, y ahora son unos 40, algunos de ellos muy pequeños.

El ESO está usando sus telescopios gigantes VLT (en Chile) para observar el cometa roto, y también el telescopio espacial Hubble está pendiente del fenómeno. SW3 es ahora una cadena de fragmentos separados -bautizados con las letras consecutivas del alfabeto- que se extiende a lo largo de varios grados en el cielo (la Luna tiene un diámetro aparente de medio grado), informa el Instituto Científico del Telescopio Espacial. Los astrónomos han observado aumentos repentinos de brillo asociadas a los fragmentos, por lo que se supone que éstos siguen rompiéndose. Shoemaker-Levy 9 se fracturó debido al fuerte efecto gravitatorio de Júpiter, pero en el caso de SW3 la explicación no puede ser la misma, porque se rompió lejos de un planeta. Los expertos creen que en este caso el calor creciente del Sol es la causa de la fractura.

El núcleo de un cometa es de un material poroso compuesto de hielo y polvo. "Es posible que se abran grandes grietas en el núcleo de forma irregular del cometa antes del perihelio, a medida que la temperatura superficial empieza a subir", explica el ESO. "Resulta así expuesto material cometario fresco a la luz solar y la tasa de evaporación aumenta rápidamente, emitiendo más gas y polvo al espacio. En este proceso, se van ensanchando las grietas hasta que se produce la fractura".

Fragmentos del cometa SW 3 fotografiados con tres filtros y marcados con flechas.
Fragmentos del cometa SW 3 fotografiados con tres filtros y marcados con flechas.ESO

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