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Entrevista:PAUL PILLAR | Jefe de la CIA para Oriente Próximo de 2000 a 2005

"Bush manipuló para justificar la decisión ya adoptada de invadir Irak"

Si hay un funcionario de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EE UU que conozca los entresijos de los servicios de inteligencia en la guerra de Irak, ese hombre es Paul Pillar. Antiguo oficial del Ejército en Vietnam, Pillar trabajó durante 28 años en la CIA. Fue miembro, entre 1993 y 1999, hasta llegar a director adjunto, del Centro Contraterrorista, un organismo dentro de la citada agencia bajo el mando directo del director cuyo objeto es dirigir, prevenir, desarticular y derrotar a los terroristas. En 2000 pasó a ser funcionario de inteligencia nacional a cargo de Oriente Próximo y Sur de Asia, donde actuó como el principal analista de la CIA en contraterrorismo hasta su retiro, en 2005. "La Administración de Bush lanzó una campaña organizada de manipulación para justificar la decisión, adoptada de antemano, por razones políticas, de ir a la guerra de Irak. Ni las armas de destrucción masiva ni los inexistentes vínculos entre Sadam Husein y Al Qaeda fueron los motivos reales de la guerra", afirma Pillar, por cuyas manos pasaron los principales informes secretos sobre Irak en su calidad de coordinador de los trabajos. Pillar no dudó tras conocer el atentado del 11-M en España. "Fue un atentado clásico de la yihad islámica. Puedes encontrar los vínculos circunstanciales que quieras entre grupos terroristas, pero no conozco pruebas serias de cooperación entre ETA y Al Qaeda, como no las hubo entre Sadam y Bin Laden". Pillar es profesor de estudios de seguridad en la Universidad de Georgetown.

"Tanto con las armas prohibidas como con los vínculos Sadam-Al Qaeda se repitió el mensaje para ganar el apoyo del pueblo norteamericano"
"Una vez que el presidente Bush decidió que esa era la opción elegida, su opción de atacar a Irak, todo debía encajar en ese objetivo"
"La presentación de Powell en la ONU fue el resultado de una prolongada presencia del secretario de Estado en las oficinas de la CIA"
"Pruebas sobre la colaboración entre ETA y los radicales islamistas no he tenido ninguna. Tampoco de la relación Al Qaeda-Sadam"
Consulte la versión ampliada de la entrevista en ELPAIS.es

Pregunta. ¿Por qué existe resistencia en EE UU en decir que la Administración mintió al pueblo al exponer razones que se revelaron como falsas para desencadenar la guerra de Irak?

Respuesta. En lo que se refiere a las armas de destrucción masiva que podía poseer Irak, había una percepción errónea generalizada en los servicios de inteligencia de EE UU, el Reino Unido y otros de que Irak poseía algunas de ellas. Estábamos equivocados. Y lo que dijeron el presidente George W. Bush y el primer ministro británico Tony Blair formó parte de ese error. Ahora, otra cosa es cuando entras en el tema de las conexiones terroristas entre Sadam Husein y Bin Laden. Las cosas, definitivamente, son flagrantes. Todavía me siento incómodo usando la palabra mentira. Y esto vale también para los argumentos en favor de la guerra. No es tanto que tal o cual razón era equivocada. Es el mensaje más amplio, el intento de transmitir la impresión de que había una alianza terrorista entre Irak y Al Qaeda, el problema. Porque no era el caso. La comunidad de inteligencia nunca afirmó la existencia de esos lazos. Me he preguntado cientos de veces: ¿es esto engañar? Sí, lo es. ¿Es esto enviar un mensaje utilizando parcialmente lo que tus expertos te han dicho? Sí. Supongo que bajo ciertas definiciones puedes llamar a esto una mentira. Yo preferiría usar esta palabra para una afirmación precisa y concreta. Tanto con las armas prohibidas como con los vínculos inexistentes Sadam-Al Qaeda se repitió el mensaje para ganar el apoyo del pueblo norteamericano en favor de la guerra.

P. Lo que usted describe es una campaña organizada de manipulación del pueblo norteamericano.

R. Sí, por supuesto. Fue una campaña organizada de manipulación. Es la definición correcta.

P. El vicepresidente Dick Cheney, por ejemplo, visitó muchas veces el cuartel general de la CIA en Langley (Virginia) en busca de datos para justificar lo que ya había decidido de antemano, ¿no?

R. Sí. No estuve personalmente involucrado en estas reuniones. Pero sé que esas reuniones fueron relevantes. Altos cargos de la Administración volvían una y otra vez a la comunidad de inteligencia y decían: "Miren esto otra vez, busquen, tiene que haber más datos sobre la relación Irak y Al Qaeda". Éste era el negociado del vicepresidente Dick Cheney. No era que Cheney u otros altos cargos te doblaban la mano y te decían: "Cambia tu punto de vista". Cuando alguien como él vuelve muchas veces a tus oficinas y te sugiere que trabajes más, y te dice mirátelo una vez más, el mensaje es clarísimo.

P. En el llamado memorándum de Downing Street, sede del Gobierno británico, se registra la reunión del 23 de julio de 2002 de asesores y ministros con Tony Blair y se deja constancia de que habiendo sido tomada la decisión de ir a la guerra, "la inteligencia y los hechos deben arreglarse en relación con esa decisión". Eso fue casi un año antes de la invasión de Irak. ¿Fue así?

R. Sí, la decisión fue adoptada a primeros de 2002. Me ha llamado la atención un documento filtrado recientemente en el que se transcribe una reunión entre Bush y Blair el 31 de enero de 2003. Bush dice allí que pensaba enviar a Irak aviones norteamericanos pintados con los colores de Naciones Unidas para ver si Sadam daba orden de atacarles y lograr así que el Consejo de Seguridad respaldara la guerra. Esto me recordó que hace casi 42 años, en agosto de 1964, una manipulación de inteligencia en torno a un presunto ataque en el golfo de Tonkín fue utilizado por el presidente Lyndon B. Johnson para justificar la escalada bélica en Vietnam. Pero, bueno, en lo esencial, estos documentos británicos confirman que la decisión de ir a la guerra se adoptó primero y que luego se buscó la justificación. La decisión no dependía de las armas de destrucción masiva o de los resultados de la inspección de Naciones Unidas. La decisión fue adoptada mucho antes por otras razones. Una vez que el presidente Bush decidió que ésa era la opción elegida, fue su opción, todo debía encajar en ese objetivo. Los datos de inteligencia sobre los programas de armas de destrucción masiva de Irak no condujeron a Bush a adoptar la decisión de ir a la guerra de Irak. Tanto en EE UU como en otros países existía la idea de que la disuasión había funcionado en Irak y de que Sadam estaba encajonado, y de que la mejor manera de solventar el tema de las armas prohibidas era reforzar las inspecciones. Se usó la inteligencia para justificar una decisión tomada de antemano.

P. Pero, en tiempo real, ¿qué veía usted en el periodo anterior a la guerra?

R. A primeros de 2002, la cosa estaba clara para mí. Bush decidió ir a la guerra. Y ésta es la razón por la cual tratamos de ofrecer nuestro punto de vista antes de que la guerra comenzara sobre los probables desafíos que encontraríamos.

P. En octubre de 2002, la CIA aportó la Estimación de Inteligencia Nacional, que contiene todas las inexactitudes ya asumidas respecto a Irak. ¿Influyó este informe en la Administración de Bush?

R. No. Este informe fue solicitado por el Congreso, no por Bush. En octubre de 2002, antes de votar la autorización para ir a la guerra, muy pocos miembros del Congreso tuvieron la oportunidad de leerse el documento entero antes de emitir su voto. Muy pocos.

P. La presentación del entonces secretario de Estado, Colin Powell, en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en febrero de 2003, ¿fue una pieza esencial en la campaña de manipulación? ¿Por eso estaba allí junto a Powell George Tenet, director de la CIA?

R. La presentación de Colin Powell fue el resultado de una prolongada presencia del secretario de Estado y su equipo en las oficinas de la CIA en Langley. Mucha gente se sintió perturbada por esa imagen de Tenet junto a Powell en la ONU. Tenet estaba bajo fuerte presión y se sentía muy implicado con la Administración de Bush. En cuanto a Powell, hay cosas en las que, si hubiese sido por él, no hubiera entrado a ellas por nada del mundo...

P. ¿Como cuáles?

R. Estoy pensando en los temas de la guerra contra el terror... Éste fue el tema de mayor discrepancia entre lo que la Administración de Bush declaraba y las pruebas y análisis de los servicios de inteligencia. En ningún momento aportamos evidencias sobre la presunta alianza entre Irak y Al Qaeda. A la Administración le interesaba porque era lo que más afectaba al público norteamericano y retrotraía las imágenes del 11-S. Créame que alimentar el apetito voraz de la Administración por obtener material sobre esta inexistente alianza nos llevó mucho tiempo y trabajo a los altos cargos de inteligencia y a los analistas más veteranos de la CIA. Y como nosotros no les dimos lo que querían, la Administración de Bush decidió formar un departamento especial en el Pentágono, el Grupo de Evaluación de la Política Contraterrorista, que dependía del subsecretario Douglas Feith. Esta unidad se dedicó a encontrar posibles vínculos entre Sadam y Al Qaeda, y en algunas presentaciones llegó a acusar a la CIA de haber fallado a la hora de ver la pretendida alianza. Vayamos ahora a Colin Powell. En ningún momento quería mencionar el nombre de Al Zarqaui, por ejemplo, pero estaba presionado con fuerza por la oficina del vicepresidente Cheney, que le urgió a hablar de las conexiones entre Sadam Husein y Al Qaeda. Y lo hizo en los últimos minutos... Y si bien se mira no dijo nada relevante. No hay sombra de evidencia sobre una alianza diferente a una coincidencia circunstancial. Que Al Zarqaui estuviera en Irak no significaba nada que comprometiera al régimen iraquí. En realidad, la información disponible también daba cuenta de que los iraquíes se preguntaban por la localización de Al Zarqaui, lo que claramente implicaba la ausencia de relación entre ellos y Al Zarqaui. Todo formaba parte de esa campaña organizada de manipulación: mencionas este pequeño hecho, subrayas este otro y presentas una situación que busca crear la impresión general de que existe una relación. Pero si miras exactamente lo que Powell dijo, no vale para nada.... Algunos de mis compañeros, implicados en el tema de las armas de destrucción masiva, trabajaron muy duro con Powell todo el fin de semana previo. Ellos venían a mi despacho y me contaban las resistencias de Powell y su equipo. Dicho esto, aunque Al Zarqaui actúa en Irak se exagera su importancia. Es el enemigo que necesitamos tener.

P. El 11-M de 2004. ¿Qué pensó al conocer la noticia de los atentados en España?

R. Primero de todo, no pensé en ETA. He seguido durante largos años la actividad de ETA. En cambio, me pareció un atentado yihadista clásico, en el que estaba presente el apoyo del Gobierno de José María Aznar a Bush en Irak, y quizá otros temas. Tampoco me pareció un atentado realizado en colaboración de ETA con los radicales islamistas. En el sombrío mundo del terrorismo internacional puedes, si te lo propones, encontrar coincidencias casuales entre los terroristas. Pero pruebas sobre esa colaboración no he tenido ninguna. Como tampoco la he tenido en la relación Al Qaeda-Sadam.

Entrevista a Paul Pillar, jefe de la CIA para Oriente Próximo entre 2000 y 2005.
Entrevista a Paul Pillar, jefe de la CIA para Oriente Próximo entre 2000 y 2005.ASSOCIATED PRESS

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