El británico Richard Rogers une su nombre al 'puzzle' arquitectónico de la 'zona cero' y diseñará la Torre 3
El arquitecto británico Richard Rogers, responsable de la ampliación de la terminal 4 de Barajas, unió el martes su nombre a la larga lista de arquitectos famosos (a los que en Estados Unidos se denomina stararchitects) que aspiran a participar en el puzzle arquitectónico de la zona cero de Nueva York. El arrendatario de los terrenos, Larry Silverstein, inmerso desde hace tres años en un culebrón que parece no tener fin con los responsables políticos de la ciudad y que ha frenado las obras, anunció que Rogers será el responsable del diseño de la Torre 3, uno de los siete edificios concebidos dentro del proyecto global de Daniel Libeskind para el solar dejado por el World Trade Center tras los atentados del 11-S.
Pero la noticia se recibió con escepticismo en una ciudad que espera sin éxito, desde que Libeskind ganara el concurso en 2002, el renacimiento de la zona cero. Hasta el momento, sólo dos proyectos han tomado forma: la Torre 7, de Daniel Childs, aún sin inquilinos pese a estar terminada desde el pasado año, y el intercambiador de transportes diseñado por el español Santiago Calatrava, que por fin comienza a elevarse sobre un solar que ocupa 64.000 metros cuadrados. Todos los demás proyectos sólo existen en el papel, y algunos, como el de Rogers, aún tienen que ser pensados y aprobados oficialmente.
El arquitecto japonés Fumihiko Maki, premiado con el Pritzker en 1993, fue escogido por Silverstein en 2003 para diseñar la Torre 4. Pero hasta esta semana no recibió el visto bueno para empezar a trabajar en su proyecto, que aún tiene que desvelar públicamente. Según anunció Silverstein, tanto la Torre 3 como la 4 y la 2, que se le encargó a Norman Foster en diciembre, comenzarán a construirse en 2007, después de que Maki, Rogers y Foster presenten sus bocetos. Los tres edificios son los que albergan el mayor espacio comercial de la zona cero; de ahí el interés del arrendatario en que comience su desarrollo cuanto antes.
Pero el proyecto más problemático y polémico ha sido, hasta el momento, la Torre de la Libertad, de la que sólo se ha puesto la primera piedra. Su diseño fue motivo de conflicto entre Daniel Libeskind y Daniel Childs, y además provocó que Libeskind llevara hasta los tribunales a Silverstein, quien acabó entregándole el diseño a Childs. Sin embargo, los responsables de la ciudad comenzaron a inquietarse hace unos meses al ver que las obras no arrancaban y el pasado marzo consiguieron que Silverstein les cediera a ellos la supervisión del proyecto, que costará 2.000 millones de dólares. Los responsables de la ciudad también supervisarán la construcción de la Torre 5, para la que Silverstein había elegido al arquitecto Jean Nouvel, aunque al cambiar de manos, su participación ya no parece estar asegurada.
Pero esto no es todo. Los familiares de las víctimas del 11-S se oponen al diseño del homenaje diseñado por Michael Arad, lo que también ha provocado conflictos con el gobernador Pataki; y el ambicioso proyecto de Frank Gehry para el Centro de Artes Escénicas de la zona cero continúa parado por falta de presupuesto.
Babelia
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