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La exigua mayoría de Prodi embarranca en la elección del presidente del Senado

El candidato del centro-izquierda no logra superar las tres primeras votaciones

Enric González

Romano Prodi y la exigua mayoría del centro-izquierda embarrancaron ayer en el Senado. Disponían teóricamente de 164 escaños y necesitaban 162 votos para que Franco Marini se hiciera con la presidencia de la Cámara. Pero tres largas votaciones secretas y una sesión maratoniana que se prolongó hasta pasada la una de la madrugada fueron insuficientes. Marini no alcanzó los 162 votos, y la supuesta mayoría de Prodi mostró grietas peligrosísimas. En la Cámara de Diputados se daba por seguro que el comunista Fausto Bertinotti sería proclamado hoy.

El Senado vivió una jornada de tensión, sorpresas y griterío, dominada al fin por los francotiradores del centro-izquierda que, amparados por el voto secreto y por razones aún desconocidas, boicotearon sistemáticamente la candidatura de Marini, de La Margarita, vital para Prodi. Marini ganó la primera votación frente a su rival del centroderecha, el veteranísimo Giulio Andreotti, pero sin los 162 votos necesarios. En la segunda sí los logró, pero dos papeletas fueron anuladas porque los anónimos votantes habían escrito "Francesco Marini" en vez de "Franco Marini". A las diez de la noche, tras 12 horas, hubo que volver a empezar. A la una de la madrugada, otro resultado: 161 votos para Marini y 155 para Andreotti.

Los francotiradores anotaron en la papeleta "Francesco Marini" o "Marini", sin que pudiera tratarse de errores a partir de la segunda votación. En la primera, que concluyó con 157 votos para Marini, 140 para Andreotti, 15 para Roberto Calderoli (Liga Norte) y 10 nulos o blancos, ya se había insistido en que el candidato prodiano se llamaba Franco, para evitar confusiones con otro Marini, Giulio, senador de Forza Italia. A media tarde, toda Italia sabía distinguir entre Franco Marini y cualquier otro Marini. El hecho de que en la segunda y la tercera votación aparecieran de nuevo los "Marini" dudosos fue interpretado como un mensaje por parte de los dos emisores del voto erróneo: votaban por el candidato del centro-izquierda, pero sólo a medias. Si en efecto se trató de un mensaje, el destinatario no podía ser otro que Prodi: se le recordaba que su futuro Gobierno pendería siempre de un hilo en el Senado.

Hacia el final del recuento de la segunda votación, un fuerte aplauso se elevó desde los bancos del centro-izquierda cuando Franco Marini alcanzó los 162 votos que suponían la mayoría absoluta. Pero el ministro de Justicia saliente, Roberto Castelli, hizo notar que Franco no era Francesco y pidió que se anularan ambos votos. El presidente de edad, Oscar Luigi Scalfaro, de 87 años, anunció que el conflicto debía ser resuelto por la secretaría provisional, compuesta por los seis senadores más jóvenes. Reunida en una salita mientras en el hemiciclo enronquecían las voces e imperaba una sensación de estupor, tampoco se puso de acuerdo. Scalfaro decidió entonces que el resultado (162 para Marini, 150 para Andreotti, un voto para Calderoli, otro para Antonio Girfatti y tres nulos) no podía proclamarse, y anuló todo el proceso. La votación se repitió con el mismo resultado incierto. Hoy se llevará a cabo una cuarta votación.

En la Cámara de Diputados, donde el centro-izquierda disponía de una cómoda mayoría, Fausto Bertinotti no logró alcanzar el quórum necesario en los primeros tres intentos, pese a carecer de rival. La sesión se aplazó hasta hoy. Dado que en la cuarta votación bastaba obtener una mayoría simple, la victoria de Bertinotti se daba por segura.

El ex primer ministro italiano Giulio Andreotti, candidato a la presidencia del Senado, deposita su voto ayer en la Cámara alta.
El ex primer ministro italiano Giulio Andreotti, candidato a la presidencia del Senado, deposita su voto ayer en la Cámara alta.ASSOCIATED PRESS
El líder del centro-izquierda italiano, Romano Prodi, se dirige a depositar su papeleta de voto, ayer en la Cámara de Diputados.
El líder del centro-izquierda italiano, Romano Prodi, se dirige a depositar su papeleta de voto, ayer en la Cámara de Diputados.REUTERS

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