La salida de Alfonso XIII
Carmen de Zulueta, encantadora niña de la República, publica en EL PAÍS del día 21 de abril un artículo que contiene algún error histórico importante. Me gustaría contribuir a su rectificación.
Alfonso XIII no se fue de España "en coche deportivo, con su ayuda de cámara, corriendo sin parar hasta Biarritz". El ex rey se fue de noche en automóvil cerrado a Cartagena, acompañado de mucha gente, incluido el almirante Rivera, ministro de Marina del último Gobierno de la Monarquía. En la base naval embarcó en un buque de la armada, el Príncipe Alfonso, que lo llevó, bajo pabellón monárquico, al puerto de Marsella. Nadie lo recibió porque eran las cinco de la mañana. En taxi se dirigió al hotel Noailles, donde descansó unas horas. A las 12.20 de esa misma mañana, Alfonso XIII subió al tren de París.
El resto de la familia (excepto el infante don Juan, que se dirigió por mar a Gibraltar) se quedó en el palacio de Oriente hasta el día siguiente al de la partida del Rey. Tomar el tren en Madrid resultaba peligroso, por los posibles desórdenes en la estación del Norte, y se resolvió que la ex reina y sus hijos lo tomarían en el apeadero de Galapagar, próximo a El Escorial, adonde se trasladaron en automóvil. Allí subieron al vagón real, que se enganchó a la cola del segundo rápido de Francia. Romanones los despidió desolado en el andén; ésa es la foto a la que se refiere Carmen de Zulueta y que sitúa en Torrelodones. Camino de Irún, el tren se cruzó con otro en el que regresaban exiliados políticos procedentes de Francia.
En París se instalaron todos en el hotel Meurice. Ocupaban 28 habitaciones del primer piso, tapizadas de rojo y amarillo.
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