Más longevos
La salud de los españoles sigue mejorando, y también la esperanza de vida. El estudio sobre indicadores de salud que ha presentado el Ministerio de Sanidad muestra que desde los años noventa la esperanza de vida ha aumentado en España 2,7 años. Con una media de 79,7 años, nuestro país ocupa la tercera posición europea, por detrás de Italia y Suecia. En el caso de las mujeres, este indicador es todavía más favorable: las españolas que ahora nacen tienen la mayor esperanza de vida de toda Europa, 83 años.
Está claro que una parte de este avance se debe al progreso médico y a la mejora de las condiciones de vida, pero la bondad de estos datos no debería conducir a un triunfalismo que llevara a ignorar ciertas tendencias que hacen peligrar los logros alcanzados. Las mayores amenazas para la salud de los españoles proceden de conductas de riesgo que son evitables y sobre las que se puede y se debe intervenir.
Las enfermedades relacionadas con el tabaco se han reducido en un 18,3% en 10 años debido al abandono del hábito por parte de muchos hombres. Es un dato, sin duda, positivo. Pero el tabaquismo sigue siendo un grave problema de salud pública: el 28,1% de la población adulta es aún fumadora, y el hecho de que las nuevas generaciones de mujeres fumen en mayor proporción que sus madres y abuelas hará que en los próximos años las tasas de cáncer de pulmón y otros tumores relacionados con el tabaco sigan aumentando. Que España sea el país con mayor consumo de cocaína y el cuarto en el consumo global de drogas tendrá, evidentemente, consecuencias graves.
Otro indicador sobre el que se debe incidir con urgencia es el de los accidentes de tráfico. España sigue teniendo una tasa de mortalidad en carretera superior en un 25% a la media europea. Como mantiene el director general de Tráfico, Pere Navarro, no podemos seguir aceptando que cada día mueran en nuestras carreteras un promedio de 10 personas. Que la mitad de los 108 fallecidos durante las pasadas vacaciones de Semana Santa no llevara puesto el cinturón de seguridad indica la poca conciencia que la población tiene del riesgo de morir en accidentes automovilísticos. Finalmente, el estudio muestra un indicador preocupante: el 47% de la población lleva una vida completamente sedentaria. La falta de ejercicio y los cambios en la dieta están conduciendo a un serio aumento de la tasa de obesidad y de las enfermedades a ella asociadas.
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