"¿Está EE UU preparado para ver películas sobre el 11-S?"
El juicio al único procesado por los ataques de 2001 coincide con el estreno de los primeros filmes sobre los atentados
El recuerdo de dos personas, "que parecía que iban de la mano", saltando por una ventana de las Torres Gemelas en un desesperado e inútil intento por salvar sus vidas tras el impacto de los aviones el 11 de septiembre acompañará "toda la vida" al ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani. Su declaración ante el jurado que decide la suerte de Zacarias Moussaoui, único acusado en Estados Unidos por los ataques terroristas de 2001, paró la respiración a quienes estaban en la sala. Oyeron declarar al ex alcalde, al tiempo que contemplaban en una pantalla las imágenes de la tragedia, los edificios derrumbándose entre una nube de polvo, personas huyendo despavoridas. Una filmación real del 11-S.
"¿Voy a morir, no?", retumbó en la sala la pregunta aterrada de una mujer -grabada por los servicios de emergencia- atrapada en el piso 82 de la última torre en caer. "Por favor, ayúdenme", imploraba un hombre con la voz ahogada por la falta de aire. "No estamos preparados para la muerte", exclamó antes de decir por último: "¡Dios mío, no!". El juicio de Moussaoui, en Alexandria (Virginia), ha puesto voz y rostro a las víctimas del 11-S. Se reprodujo en la sala el contenido de la caja negra del avión que se estrelló en Pensilvania y que la Comisión del 11-S considera que iba destinado contra el Capitolio. Hablaron los héroes del Vuelo 93 de United. La prensa recogió lo que se escuchó a puerta cerrada y lo transmitió abriendo noticieros o en forma de primeras páginas en los periódicos de EE UU. Las voces de quienes iban a bordo de aquel vuelo sacaron a la luz una polémica que no va a hacer sino crecer. Con lo recogido en la caja negra y los testimonios de los familiares con los que hablaron los pasajeros a bordo del avión se ha hecho una película: United 93, que abrirá el martes en Nueva York el festival de cine de Tribeca, creado a raíz de los atentados. Pero, ¿está preparado Estados Unidos para ver películas sobre el 11-S?
"Las únicas personas que pueden juzgar eso son las familias de las víctimas", considera el director Paul Greengrass en la revista Entertainment Weekly. "El momento apropiado para contar esta historia es cuando las familias de las víctimas dicen que sí, y eso es lo que han hecho", apunta el director. Greengrass, autor de El mito de Bourne (The Bourne supremacy), ya dirigió con sensibilidad extrema una película sobre la muerte de civiles a manos de las tropas británicas en Irlanda del Norte: Bloody sunday.
United 93 recrea en tiempo real el vuelo de la aerolínea United Airlines que partió de Newark (Nueva Jersey) con destino a San Francisco (California). Fue desviado por cuatro terroristas con la intención de atacar el Capitolio estadounidense. La película cuenta los hechos desde el momento del despegue hasta la trágica colisión del aparato en Pensilvania, pasando por el duro momento en que su tripulación y 36 pasajeros a bordo se percatan de que son víctimas de una serie de ataques terroristas coordinados y deciden tomar el control de la aeronave.
Algunos consideran que es demasiado pronto para ver el horror recreado en una sala a oscuras -en agosto llegará el trabajo de Oliver Stone titulado World Trade Center-, pero la historia dice lo contrario. Cinco meses después de los ataques de Pearl Harbour, se estrenaba Remember Pearl Harbor, el primero de una serie de filmes realizados en Hollywood que buscaba retratar la guerra y reanimar el espíritu estadounidense. Hay otros indicadores de que el país podría estar preparado: Flight 93, aireada por la cadena de cable A&E el pasado mes de enero con la misma temática, fue el programa más visto en la historia de ese canal, con 5,9 millones de espectadores.
La revista Newsweek se pregunta: "¿Querrá alguien ver este filme?". Y en los blogs se debate sobre la ética de Hollywood, acusado de comercializar la tragedia. Para Greengrass, si se discute -a diario- sobre el 11-S en periódicos, revistas, televisión, radio, libros y obras de teatro, ¿por qué no hacerlo en el cine, el más poderoso de los terrenos de comunicación?
Mientras los héroes del Vuelo 93 son llevados con patriotismo a la gran pantalla, encerrados en una sala del Tribunal de Alexandria, 12 hombres y mujeres corrientes comenzarán a deliberar mañana. ¿Debe morir Zacarias Moussaoui? ¿O debe pasar el resto de su vida encerrado entre rejas? Que se le puede condenar a muerte ya quedó determinado por el jurado, que le consideró responsable de al menos una muerte en los atentados del 11 de septiembre de 2001.
La defensa se ha enfrentado a una tarea de titanes, al trabajar parar intentar salvar la vida de un cliente que parece determinado a morir. Moussaoui, de 37 años, un francés musulmán de origen marroquí, se considera a sí mismo un soldado de Al Qaeda que libra una yihad personal contra Estados Unidos, su enemigo jurado.
Los argumentos han quedado expuestos. El objetivo del fiscal ha sido convencer a esos 12 hombres y mujeres de que Moussaoui debe morir por haber mentido al FBI cuando fue detenido el 16 de agosto de 2001 en relación con su situación legal en EE UU. Si hubiera hablado entonces, habría evitado los ataques, en los que murieron cerca de 3.000 personas. La acusación pide que se le aplique una inyección letal en el brazo.
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