"Si recibimos ese dinero estaremos mejor"

La suegra de Josefa tiene 80 años y sufre Alzheimer desde hace cinco. Desde entonces, esta albaceteña de 50 años compatibiliza su trabajo como enfermera por las tardes con los cuidados a su suegra por las mañanas. "Es difícil porque a veces también tengo que trabajar por las mañanas y no tengo a nadie que se quede con ella", señala. Con la nueva ley de Dependencia, Josefa cree que podría recibir una ayuda como cuidadora familiar. O llevar a su suegra a un Centro de Día donde, asegura, estará mejor atendida. La mayoría de los cuidadores de las personas dependientes son gente como Josefa: el 83% de ellos son mujeres entre 45 y 69 años, en su mayoría amas de casa.

Josefa reconoce que la ayuda económica que recibirá con la Ley de Dependencia le servirá para solucionar muchos problemas. "Podríamos ponerle a alguien cuando nosotros no pudiésemos estar. Pero lo más importante es que contará en todo momento con la asistencia especializada que necesita una persona con este tipo de discapacidad", asegura.

Según Josefa, su suegra es consciente de lo que le está pasando. "A veces se enrabieta porque se da cuenta de los errores que comete. Otras no sabe muy bien por qué. Se pasa mal cuando la ves que coge el tenedor para tomarse la sopa o que no se puede vestir por sí sola".

Josefa intenta que su suegra se sienta útil en casa con pequeñas tareas que le asigna. "Intento que se vista por ella misma. Otras veces le doy la escoba para que barra el pasillo. Eso le ayuda, pero lo ideal sería que recibiera la asistencia que necesita. Espero que la Ley de Dependencia aporte soluciones a todo esto. Nosotros hacemos lo que podemos pero no podemos cambiar nuestras vidas", afirma.