El rey de Nepal cede a las protestas y pide a la oposición que gobierne
Los partidos mayoritarios rechazan la oferta y reclaman un cambio de la Constitución
El rey Gyanendra pidió ayer a la opositora alianza de siete partidos que proponga un nombre para hacerse cargo de la jefatura del Gobierno de Nepal. Pero, después de 15 días de huelga general por el restablecimiento de la democracia y 14 muertos, los tres mayores partidos de la alianza rechazaron la oferta y aseguraron que las protestas continuarán hasta que el monarca se comprometa a cambiar la Constitución y ceder sus poderes absolutos.
"Pedimos a la alianza de siete partidos que recomiende lo antes posible un nombre para el puesto de primer ministro, que tendrá la responsabilidad de dirigir el Gobierno. El ejercicio serio de la democracia debe ser asegurado por unas elecciones cuanto antes para la activación de los órganos representativos", dijo el rey en un mensaje televisado a la nación.
"El mensaje es insuficiente", declaró el portavoz del Congreso, el principal partido político de Nepal, Krishna Prasad Sitaula. "El rey no se ha referido a las cuestiones esenciales exigidas por los siete partidos de la alianza", señaló el portavoz del Partido Comunista marxista-leninista unificado de Nepal, Pradeep Nepal.
Mientras, las calles de Katmandú volvieron a ser tomadas por cientos de miles de manifestantes que desafiaron el toque de queda y que, al grito de "Gyanendra fuera", pedían democracia. Ni la policía ni el Ejército actuaron contra la marea de gente de 12 kilómetros de longitud.
Ayer era el 15º día de huelga general decretada por la alianza opositora para forzar al rey a ceder parte de los poderes absolutos que se atribuyó en febrero de 2005, cuando disolvió el Gobierno y el Parlamento. Tras rechazar la oferta del rey, los partidos aseguraron que las movilizaciones continuarán, así como la huelga general, que ya amenaza con hundir el país en el caos.
"Devolvemos el poder Ejecutivo del país al pueblo", añadió Gyanendra en el mensaje grabado y retransmitido por la televisión nacional. "El actual Consejo de Ministros va a continuar en funcionamiento hasta el nombramiento del primer ministro", añadió.
Gyanendra llegó al trono de este país de unos 25 millones de habitantes en 2001, tras la espantosa matanza palaciega realizada por el príncipe heredero, quien al suicidarse dejó el trono a su tío. En estos años el único logro de Gyanendra ha sido unir a todo el país contra su autarquía. En 2005, el rey alegó "los derechos" que le concede la Corona para asumir plenos poderes, declarar el estado de emergencia, limitar la libertad de expresión, de asociación y de prensa y colocar bajo arresto domiciliario a medio centenar de diputados y miembros del Gobierno. La excusa para esta decisión fue "incapacidad del Gobierno" para hacer frente a la guerrilla maoísta, que desde 1996 luchaba contra el Ejército real para derrocar la monarquía e instaurar una república comunista igualitaria.
15.000 muertos
Cerca de 15.000 personas han perdido la vida en 10 años de conflicto. La guerrilla declaró a finales del año pasado una tregua unilateral para apoyar los intentos de la alianza opositora de encontrar una salida negociada a la crisis.
Presionado por sus vecinos, India y China, por la antigua metrópoli, el Reino Unido, y por EE UU, Gyanendra, que ha dado sobradas muestras de su absolutismo, concluyó su mensaje diciendo: "Estamos a favor de la democracia multipartidista y de la monarquía constitucional. Esperamos que la paz y el orden sean restablecidos en el país".
Sin embargo, tanto entre los nepaleses como entre los diplomáticos residentes en Katmandú se extiende la opinión de que ya es tarde para que los partidos acepten las medias tintas ofrecidas por el rey. "Si no acepta [las demandas de los partidos] la monarquía no durará y... vamos a ver una revolución en Nepal", declaró el embajador de EE UU, James Moriarty.
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