Los enigmas de Esculapio
Desde que fue hallada en 1909 en Empúries, la estatua de Esculapio se ha quedado clavada en el imaginario colectivo como la perfecta ilustración de la presencia griega en Cataluña. Pero ya no está tan claro que representara a Esculapio; de hecho, parece que hay consenso general en que no representa al dios de la medicina, aunque tampoco hay acuerdo sobre si representa a Serapis, como apuntan algunos estudiosos, o a alguna otra divinidad sincrética de ambos dioses. Nuevos estudios también han adelantado su datación desde el siglo V hasta el siglo II a.C. y hay dudas respecto a si los distintos fragmentos hallados en el lugar, como la serpiente y el báculo, pertenecen realmente al conjunto escultórico.
Los especialistas consideran la posibilidad de restituir los brazos a la escultura griega hallada en Empúries
Técnicos de restauración del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) analizarán en los próximos meses la escultura, y en función de estos estudios los expertos -se ha creado una amplia comisión de unos 15 especialistas- decidirán los pasos que seguir. Hoy comenzará el traslado de la escultura desde su ubicación actual en el Museo de Arqueología de Cataluña (MAC) hasta el MNAC. Los dos museos han firmado un convenio que permitirá analizar la obra desde múltiples perspectivas. Por una parte, en colaboración con la Universidad de Perugia, se harán todo tipo de estudios analíticos, incluido un scaner completo de la estatua; análisis iconográficos, estilísticos, cronológicos e históricos y, finalmente, también se estudiará toda la documentación existente desde su hallazgo para ver las variaciones que sufrió en este periodo.
"Una vez realizados estos estudios, para los que calculamos entre cuatro y ocho meses, se decidirán las acciones que podrán realizarse sobre la pieza", indicó ayer Núria Rafel, directora del MAC, que señaló la posibilidad de reincorporar algunos fragmentos de la túnica y también que se le incorporen los brazos como ya se hizo al poco de encontrarla -hay fotografías de una copia de la pieza íntegra publicada en 1910-, si bien en fecha desconocida volvió a desmontarse. La pieza, que Rafel definió como un collage, se encontró en diversas fases. El torso, en mármol de Paros, fue lo primero que se encontró; después apareció el resto del cuerpo, realizado con mármol del Pentélico, y más tarde fueron encontrándose otros fragmentos. Esta diferencia de materiales era común, indica Rafel, en la escultura helenística, pero hay diferencias de material en el brazo izquierdo, que además tiene una dimensión mayor, si bien parece ser que fue realizado en la antigüedad, por lo que es "un apaño de la época". El proyecto cuenta con un presupuesto de unos 60.000 euros y la escultura se ha asegurado para su traslado en seis millones de euros.
Se prevé que tras finalizar estos trabajos la escultura forme parte de una exposición -que en principio se presentaría en la Biblioteca de Catalunya- en la que se den a conocer también estos últimos estudios realizados. Lo que ya no está tan claro es que Esculapio, o Serapis, vuelva a su sede actual. El Parlament de Catalunya recomendó en 2004 que la pieza fuera devuelta a su ubicación original, el yacimiento de Empúries. "Ésta es la pieza más representativa de la arqueología catalana y cualquier decisión sobre el traslado será política", indicó ayer Rafel. "Desde el punto de vista técnico se puede opinar, y así lo haremos. A nivel personal creo que ahora el museo de Empúries no tiene unas instalaciones a la altura de lo que se merece el Esculapio, aunque esto tiene solución porque ya se trabaja en la ampliación y mejora de las instalaciones del yacimiento".
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