Desamparo por razones materiales

Los menores siempre pierden los pleitos. Pero los mayores también. Ayer, ante los periodistas, Dolores Herrera, se emocionó al recordar a la niña que para ella es su hija desde septiembre de 2001, cuando se la entregaron diciendo que "en un año tendría los papeles de adopción". El próximo 13 de mayo le habían organizado la fiesta de comunión. Iba a natación, a bailar y estaba integrada en el municipio.

Pero también se ha hartado de llorar estos años Carmen Espejo, la madre biológica, cada vez que rememoraba a sus hijas, de 10 y 11 años en la actualidad. "Me han quitado la vida", decía en una entrevista a este diario en febrero de 2005. Entonces ya había ganado la batalla porque la Audiencia de Sevilla había dictado una resolución en la que acusaba a la Junta de Andalucía de haber retirado a las pequeñas por razones de índole material y sustentada en una "supuesta incapacidad" de la madre -tiene una leve discapacidad intelectual- para atenderlas.

Los magistrados de la sala censuraban, además, la separación de ambas hermanas "ante la dificultad de encontrar a una familia que acogiera a las dos, posiblemente debido a la enfermedad mental de la más pequeña". Seis años después, todos pierden.