_
_
_
_
Reportaje:Cine en español

'Smoking room' y 'Planta 4ª'

EL PAÍS presenta mañana, jueves, por 2,95 euros, el debú de Julio Wallovits y Roger Gual, y el viernes, por 5,95 euros, la última película dirigida por Antonio Mercero

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Dos películas corales y de aspecto modesto, repetidas veces premiadas en festivales, coinciden esta semana en la colección Cine en Español. Smoking room es la ópera prima de dos cineastas con talento, el argentino Julio Wallovits y el catalán Roger Gual, mientras que Planta 4ª es la última película dirigida hasta el momento por el veterano y prestigioso Antonio Mercero.

"El cine español está de enhorabuena con Smoking room, que no se parece en casi nada a lo que se suele hacer por aquí", escribió Alberto Bermejo en El Mundo. La acción de la película, rodada en cooperativa, "transcurre casi por completo en el interior de un edificio de oficinas, aunque eso es lo de menos, porque el paisaje que domina la pantalla es el de los rostros de unos personajes presionados por ese nuevo avance de la civilización que supone la prohibición de fumar". Un empleado de una firma norteamericana (Eduard Fernández), harto de tener que salir a la calle a fumar un pitillo, pide a sus compañeros de trabajo que firmen conjuntamente una carta pidiendo la adjudicación de una salita para fumar. "Y se inicia así la terrible, tan divertida como atroz, sucesión de dúos que vertebra el filme", en palabras de Ángel Fernández-Santos: "Rompen la pantalla, con la energía de su libertad y su talento, los roces y choques entre Eduard Fernández y Antonio Dechent, Manuel Morón, Ulises Dumont, Chete Lera, Vicky Peña, Juan Diego, Francesc Orella y el resto de un reparto en estado de gracia, una piña de magníficos intérpretes que logran la hazaña de transmitir la idea de que viven, inventan y balbucean ante la cámara todo lo que dicen y hacen, cuando no hay en la imagen nada dejado al azar, ni un solo hilo suelto". Esta "pequeña maravilla rebosante de talento", en opinión de Bonet Mújica en La Vanguardia, recibió en el Festival de Málaga de 2002 el premio especial del jurado, el de mejor interpretación masculina al conjunto del reparto y el de mejor guión. Fue galardonada asimismo con el Goya a la mejor película de nuevo director, recibió premios del Círculo de Escritores Cinematográficos y del Festival de Karlovy Vary y fue preseleccionada a los premios europeos como descubrimiento del año. En palabras de M. Torreiro, Smoking room fue "el debut más estimulante, canalla y coherente del cine español en años".

Planta 4ª, de Antonio Mercero, director más prolífico en televisión (La cabina, Verano azul, Farmacia de guardia...) que en cine (La guerra de papá, Espérame en el cielo...), fue premiada en los festivales de Giffoni, Hamburgo, Montreal, Málaga, Punta del Este, entre otros, y preseleccionada al Goya como mejor película de 2004.

La historia parte de la obra teatral Los pelones, de Albert Espinosa, en la que el autor plasmó vivencias propias cuando fue internado en un hospital junto a otros adolescentes aquejados de cáncer. "El tema puede parecer duro y deprimente", escribió Francisco Marinero en El Mundo, "pero el director lo ha tratado con humor porque los personajes tienen sentido del humor". Planta 4ª es, según Méndez-Leite en Fotogramas, "una película dificilísima de hacer por el delicado equilibrio que exige jugar con el dolor y el humor", y "Mercero domina la resbaladiza materia dramática y consigue divertir y emocionar con escrupuloso pudor". Para M. Torreiro, "el resultado es una película honesta y sólida, con sus momentos de emoción, faltaría más, pero también de risa, hasta de suspense (...), y una encomiable voluntad de mostrar con mirada limpia la cotidianidad terrible de esos jóvenes sufrientes".

José Eduardo Arenas destacó en Abc que "entre las muchas cualidades que posee Antonio Mercero hay algunas que le hacen especial, como la aparente facilidad con que acomete los temas más dramáticos sin caer en la lágrima fácil o la utilización del humor contenido para conseguir que una historia con tantas esquinas como interpretaciones no caiga en el documento patético". Planta 4ª "refleja su fina percepción de las cosas, la agudización de los sentidos, la amistad y la esperanza". Uno de los elementos que convirtieron la película en un éxito de público fue la interpretación de los jóvenes actores, Juan José Ballesta entre ellos, que fascina, al decir de Carmen Lobo en La Razón, "con su descarada naturalidad ante la cámara".

Juan José Ballesta (en el centro), en una imagen de <i>Planta 4ª,</i> de Antonio Mercero.
Juan José Ballesta (en el centro), en una imagen de Planta 4ª, de Antonio Mercero.
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_