La Generalitat descarta proteger la franja marítima frente al aeropuerto de Barcelona
El 30,2% del territorio catalán (casi un millón de hectáreas) estará integrado en la red europea de espacios protegidos Natura 2000, que promueve la preservación de especies y hábitats en peligro. Así lo establece la última propuesta de la Generalitat, que ayer presentaron los consejeros de Medio Ambiente, Salvador Milà, y de Agricultura, Antoni Siurana. El Gobierno catalán ha incorporado un recorte significativo respecto a la propuesta de hace un año: la franja marítima situada frente al aeropuerto de Barcelona, que inicialmente estaba protegida, ha sido liberada de la red.
Milà rechazó que la exclusión tenga que ver con la idea expresada recientemente por el alcalde de Barcelona, Joan Clos, y sugerida por el consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, de construir en ese emplazamiento una cuarta pista para el aeropuerto. El consejero de Medio Ambiente aludió, por el contrario, a razones estrictamente medioambientales: la costa de Barcelona -protegida- es área de alimentación y anidamiento de la gaviota de Audouin, una de las especies que se pretende preservar. Pero justo el tramo excluido, comprendido entre el antiguo cámping La Ballena Alegre, en Viladecans, y la zona de Ca l'Arana, en el Prat de Llobregat, presenta una menor actividad de estas aves.
Clos y Nadal apuestan por la ampliación de las instalaciones, que rechazan el Ayuntamiento de El Prat y los grupos ecologistas
El 30,2% del territorio catalán estará integrado en la red europea Natura 2000, que protege espacios naturales
El consejero Milà niega que la decisión se tome para permitir la construcción de una cuarta pista ganando terreno al mar
"La cuarta pista no está en la agenda del Gobierno para esta legislatura", sentenció de forma tajante Milà, quien insistió en que la propuesta sobre la Red Natura 2000 no está pensada para impedir el desarrollo de infraestructuras o la actividad económica en las zonas protegidas. En este sentido, puso el ejemplo de la ampliación del puerto de Rotterdam, situado en una zona de especial protección de fauna y flora. "El Gobierno holandés aceptó ejecutar la ampliación al aplicar medidas de compensación y atenuación suficientes". En una línea similar se expresó Nadal, quien aseguró que "en ningún sitio está escrito que no se puedan hacer previsiones" sobre un nuevo plan de infraestructuras aeroportuarias.
El cambio de posición del Gobierno catalán respecto a esta franja del litoral se debe a las alegaciones que hace unos meses presentaron el Ayuntamiento de Barcelona, la Cámara de Comercio de esta ciudad y el RACC, que finalmente han sido aceptadas. Fuentes del consistorio indicaron ayer la necesidad de "dar oxígeno" y de "garantizar el crecimiento futuro" del aeropuerto. Y eso pasa, necesariamente, por dirigir la mirada al mar.
Todo lo contrario opina el Ayuntamiento en cuyo término se encuentra el aeropuerto, El Prat de Llobregat, dirigido por Iniciativa per Catalunya-Verds. Su concejal de Urbanismo, Sergi Alegre, calificó ayer de "aberración" la posibilidad de construir una cuarta pista. Pero se mostró optimista porque, a su juicio, la zona terrestre ya está muy protegida y eso hace casi imposible que la Unión Europea apruebe un informe de impacto ambiental favorable a la ampliación de esta infraestructura. Idéntico juicio expresó José García, responsable de la organización ecologista Depana en El Prat: "Que no protejan el litoral es irrelevante en este asunto; la reserva natural de La Ricarda y la zona de protección de las aves son ya suficiente garantía".
En 2003, cuando Convergència i Unió dejó el Gobierno de la Generalitat, sólo el 19,3% del territorio estaba integrado en la Red Natura 2000. En febrero del año pasado, la propuesta del Ejecutivo tripartito fijó el 26,7%. Tras estudiar las más de 6.000 alegaciones presentadas, el Gobierno ha aumentado el porcentaje en cuatro puntos.
En total, se resguardan más de 969.000 hectáreas terrestres, aunque el 80% de ellas ya disponían de alguna otra figura de salvaguarda ambiental, según subrayó el consejero Milà. El salto más destacado se da en las zonas marinas: pasan a integrarse casi 84.000 hectáreas, incluidos los Aiguamolls de l'Empordà, el delta del Ebro y las costas del Baix Llobregat y el Garraf. Cataluña cuenta con 89 hábitats naturales (como los bosques de ribera) y 124 especies, como el águila perdicera. La legislación comunitaria obliga a proteger, como mínimo, el 20% de la fauna y la flora de interés, un porcentaje que aumenta en el caso de las especies en riesgo de extinción.
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