La policía cree que las cartas de extorsión de ETA se redactaron antes del alto el fuego

La policía cree que las cartas de extorsión que han llegado en los últimos días a manos de empresarios navarros fueron redactadas antes del 22 de marzo, fecha del anuncio del alto el fuego permanente de ETA. Los agentes consideran que esto es más significativo a la hora de evaluar el proceso de paz que el hecho de que hayan llegado a manos de los empresarios después. En medio de esta polémica, los nacionalistas vascos celebran hoy el Aberri Eguna (Día de la Patria Vasca) sin violencia, pero cada uno por su lado, como en la tregua de 1999.

El presidente de la Confederación de Empresarios de Navarra, José Manuel Ayesa, ha denunciado la aparición de cuatro cartas. Una de ellas, con fecha del matasellos del 7 de abril, emplea los términos habitualmente empleados por ETA para reclamar el impuesto revolucionario. Tanto la policía como fuentes cercanas a Ayesa reconocen que puede tratarse de una carta "despistada", que ha empleado mucho tiempo en llegar a su destino. Las otras tres contienen una redacción mucho menos intimidante y han sido dirigidas a empresarios "afines" a la causa abertzale. La policía cree que estas tres cartas fueron redactadas entre el 18 y el 20 de marzo, esto es, dos días antes de que ETA anunciase su alto el fuego permanente y cuatro de que se hiciese efectivo.

Con todo, la aparición de las cartas ha ensombrecido el ambiente político en Euskadi. El portavoz del PP vasco, Leopoldo Barreda, aseguró ayer que estas misivas "avalan" que el alto el fuego de la banda terrorista es "una ficción". "No se puede mirar para otro lado con elementos tan significativos como éstos", añadió.

"Irresponsabilidad"

Al paso de estas declaraciones salió el portavoz parlamentario del PSE-EE, José Antonio Pastor, que acusó al PP de "irresponsabilidad" y de querer "que todo salga mal". "Da la impresión de que algunos dirigentes del PP vivían más a gusto con la existencia de ETA que sin ella", añadió a Europa Press. El lehendakari, Juan José Ibarretxe, pidió responsabilidad y discreción para lograr que el proceso de paz sea irreversible.

Por su parte, los partidos nacionalistas vascos afrontan el Aberri Eguna de hoy sin violencia en Euskadi, pero cada uno por su lado (como ocurrió también en la tregua de 1999) y con más actos y manifiestos que nunca: los tres de los partidos legales, el del Foro Nacional de Debate y los de las dos organizaciones de electos, Udalbiltza (Batasuna) y Udalbide (PNV-EA).

Antes que apuntar a la unidad, la declaración de alto el fuego ha desatado entre los cuatro partidos nacionalistas (PNV, la ilegalizada Batasuna, EA y Aralar) toda suerte de movimientos de recolocación, que parecen avanzar justo en dirección contraria, hacia la marcación del espacio propio y en destacar los elementos diferenciadores.

Los cuatro partidos se preparan para intentar fortalecerse, o simplemente sobrevivir en el caso de los más pequeños, en el inicio de esta situación de tránsito. Quieren llegar en las mejores condiciones posibles a la etapa que se abrirá con el afianzamiento definitivo de la paz y la previsible recomposición del campo nacionalista.

La última fotografía electoral del País Vasco, en los comicios autonómicos del año pasado dejó limitado al 53% de los votos el espacio nacionalista, a repartir entre cuatro partidos. Ese hueco era hace 20 años, en las autonómicas de 1986, 14 puntos más amplio, del 68%, también para cuatro fuerzas diferentes. La estrechez hace previsible que la competencia se imponga a la unidad. También en el terreno interno se les plantean a todos decisiones tácticas y estratégicas que generan dudas, matices, visiones diferentes, y en el peor de los casos, divergencias.

En el PNV resultan ya visibles en las palabras de su máximo dirigente, Josu Jon Imaz, y en las del antiguo portavoz, Joseba Egibar, empeñado en el común denominador nacionalista frente al carácter transversal que predica el presidente de su partido. Ambos intervienen en el acto del PNV hoy en Bilbao, donde Imaz destacará la prioridad de la paz y los avances de los últimos 25 años, con el Estatuto como instrumento, para desmarcarse del tono constituyente que quieren dar los abertzales al futuro inmediato.

Los no nacionalistas no celebran la fecha, pero cada uno manifestó su particular visión. El PP expresó su temor a que los nacionalistas aprovechen el día de hoy para vincular el fin del terrorismo con el logro de sus aspiraciones políticas. El PSOE valoró el cambio, que según Pastor, se ha dado en el discurso "más reposado" de Ibarretxe.