Prodi dice que aprobará la salida de Irak apenas se reúna el Gobierno

Romano Prodi pareció concluyente en la fiesta-mitin con la que el miércoles por la noche celebró su victoria en Bolonia: "Apenas pueda reunirse el consejo de ministros", dijo, "aprobaremos la retirada de las tropas en Irak: nos hemos comprometido a sacar a Italia de una guerra que nosotros nunca hemos querido". Lo que no dijo fue que, muy probablemente, unos 600 militares italianos (ahora son 2.300) tendrían que permanecer de forma indefinida en Nasiriya, para proteger a los componentes de una "misión civil" encargada de cooperar en la reconstrucción del país y velar por los intereses petroleros de la compañía Eni.

Prodi ha reiterado en numerosas ocasiones que cualquier retirada de Irak se realizaría con la aprobación del Gobierno de Bagdad y sin provocar desgarros en la alianza con Estados Unidos. Esa fórmula ha mantenido unida a la coalición del centro-izquierda en el largo periodo preelectoral porque implicaba, al fin y al cabo, una retirada. El diario La Repubblica ha publicado, sin embargo, que el futuro presidente del Gobierno italiano era consciente de que resultaría imposible una ruptura en seco con el conflicto iraquí, al estilo de la realizada por España.

Demasiado traumática

La retirada total se presentaba demasiado traumática para los intereses italianos. Primero, porque el Gobierno de Silvio Berlusconi se había comprometido ya con las autoridades iraquíes a mantener un contingente de protección para los especialistas civiles. Segundo, porque Eni había conseguido del régimen de Sadam Husein una licencia de explotación de los yacimientos petrolíferos en la región de Nasiriya y esa licencia fue renovada por el Gobierno provisional. Si el Gobierno de Prodi cancelara la presencia italiana en la zona contra los deseos de Bagdad, los proyectos de Eni (vitales para un país carente de gas, petróleo y centrales nucleares) se vendrían abajo.

La decisión tendrá que tomarse poco después de la formación del Gabinete. El nuevo Parlamento se constituirá en la primera quincena de mayo, Romano Prodi jurará su cargo (salvo sorpresas muy improbables) en la segunda quincena, y en junio será necesario aprobar el presupuesto de la misión militar para el segundo semestre de este año.