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La empresa Inama causa otro incidente en Urdaibai

Inama, la empresa de Urdaibai que está siendo investigada por posibles emisiones contaminantes y exceso de ruidos, causó ayer otro incidente. Durante la madrugada se produjo una lluvia de serrín y astillas de madera que alcanzó a viviendas situadas a 600 metros de la factoría. Éste es el cuarto incidente significativo de la empresa de aglomerados de madera Inama en poco más de año y medio. El más grave ocurrió en septiembre de 2004 cuando una emisión causo afecciones respiratorias a varios vecinos de la localidad de Muxika, donde se ubica la empresa, y en febrero de 2005 se produjo una explosión y un incendio en el interior de la planta.

Las emisiones de ayer, que son investigadas por el Departamento de Medio Ambiente, fueron descubiertas por los vecinos a primeras horas de la mañana, que se encontraron con tejados, jardines y vehículos cubiertos con polvo de serrín y "astillas de madera de hasta tres centímetros", según consta en la denuncia presentada en la Ertzaintza. Las afecciones llegaron a un río y dos regatas que están junto a la planta, que aparecieron cubiertos de estos residuos.

Agentes de la Policía Autónoma recogieron muestras de las emisiones, al igual que un técnico del Patronato de Urdaibai, el órgano que gestiona la reserva. Técnicos de la Dirección de Aguas, dependiente de la consejería de Medio Ambiente, analizaron las deposiciones en los cauces fluviales. El Departamento no ofreció ayer datos de lo ocurrido. La empresa tampoco dio explicaciones, pese a los requerimientos de este diario.

"Es como si hubiera nevado serrín", señaló un miembro de la asociación Sos Muxika, creada en 2004 contra las actividades industriales de Inama. El incidente motivó la presentación de dos denuncias, que se unen a las más de 20 formuladas en el juzgado de Gernika en los dos últimos años por emisiones y ruidos. Dos vecinos acudieron al ambulatorio por irritaciones en la faringe.

Las quejas por la actividad de Inama se remontan a hace 14 años. Desde principios de 2005, un juzgado de Gernika investiga las posibles emisiones contaminantes y el exceso de ruido. Dos informes certificaron que la fábrica superaba los límites de ruidos por la noche. En cambio, otro estudio de Medio Ambiente, en colaboración con la Universidad del País Vasco, concluía que no existía "una calidad anómala del aire".

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